En la porción de Vaieji, la parte final del libro del Génesis, leemos las bendiciones de Jacob a sus hijos y nietos en su lecho de muerte, y su fallecimiento y entierro definitivos. El libro concluye también con los últimos días de José, y su muerte y embalsamamiento en Egipto.
Jacob se acerca a la muerte
Tras 17 años en Egipto, Jacob siente que se acerca el final de sus días. Sabiendo que moriría allí y no regresaría a su patria, hace jurar a José que le enterrará en la Cueva de Macpela con su mujer, sus padres y sus abuelos.
La Biblia de Israel hace hincapié en la petición de Jacob. Aunque su vida es cómoda en Egipto, Jacob sabe que no es el lugar al que pertenece. Si no puede volver a la Tierra de Israel en vida, al menos quiere que le lleven allí después de la muerte. José aprende del anhelo de su padre y, del mismo modo, exige a sus descendientes la promesa de llevarse sus huesos cuando finalmente abandonen Egipto (50:25).
Algún tiempo después, José se entera de que su padre está enfermo y es poco probable que se recupere. Lleva a sus dos hijos a visitar a Jacob. Jacob cuenta a José que Dios se le apareció en Luz, en Tierra Santa, y le prometió darle numerosos descendientes y la Tierra de Israel como herencia. Reclama a los hijos de José, Manasés y Efraín, como suyos, iguales en estatus a los propios hermanos de José a efectos de herencia. Jacob también recuerda a José que las circunstancias le obligaron a enterrar a su amada Raquel, la propia madre de José, en el camino de Efrata.
Puntos para reflexionar
¿Cuál crees que es el significado de que Jacob diera a sus nietos la condición de hijos para la herencia?
Jacob bendice a sus nietos
Habiéndolos considerado iguales en estatus a sus propios hijos, Jacob observa ahora a sus dos nietos de pie junto a su padre. Confirmando su identidad, pide a José que los acerque para bendecirlos. Jacob se llena de alegría, pues no pensaba que volvería a ver a José, y mucho menos a sus nietos.
José coloca a sus hijos al alcance de su padre, con el mayor, Manasés, a la derecha de Jacob. Jacob, sin embargo, cruza los brazos para colocar su mano derecha sobre la cabeza de Efraín. José protesta, pero Jacob insiste en que sabe lo que hace y que, algún día, Efraín superará en grandeza a Manasés. Jacob bendice a sus nietos en su nombre y en el de sus padres, diciendo que un día la nación bendecirá a sus hijos en sus nombres. También le dice a José que le da una porción adicional (Siquem) sobre sus hermanos, que tomó con su propia espada.
La Biblia de Israel se pregunta por qué las generaciones futuras bendecirían a sus hijos con los nombres de Efraín y Manasés (como, de hecho, es costumbre en muchos hogares judíos cada viernes por la noche). Efraín y Manasés fueron la primera generación que nació en Egipto, pero permanecieron fieles a las tradiciones de su padre a pesar de las tentaciones de Egipto. Así pues, sirven de modelo para la supervivencia del pueblo judío y su regreso a Israel en el futuro.
Puntos para reflexionar
¿Por qué crees que Jacob tiene que preguntar quiénes son Manasés y Efraín cuando los ve?
Jacob bendice a sus hijos
Jacob se dispone ahora a bendecir a sus propios hijos. Desea decirles lo que les sucederá en el Fin de los Días.
A Rubén, Simeón y Leví, Jacob sólo les ofrece un castigo por sus acciones anteriores. A Rubén, por interferir en el lecho conyugal de Jacob (véase Génesis 35:22), y a Simeón y Leví por su precipitado ataque al pueblo de Siquem (véase Génesis 34:25-26). De hecho, Jacob llega a maldecir la furia de Simeón y Leví, dispersando a sus futuros descendientes entre las demás tribus.
Con Judá, Jacob empieza a ofrecer bendiciones en serio. Jacob le bendice con la fuerza del león, la prosperidad y una descendencia sabia y poderosa. A Zabulón lo bendice con éxito en los mares. A Isacar le da la fuerza para soportar el trabajo. A Dan lo bendice para que sea el vengador de su pueblo. A Gad lo bendice con poderío militar.A Aser le ofrece riqueza de pan y manjares. A Neftalí lo destaca por su rapidez y sus sabios dichos. A José le lega bendiciones de la tierra y del vientre, mayores que las que recibió el propio Jacob. Por último, Jacob compara a Benjamín con un lobo, que captura la presa por la mañana y reparte el botín al anochecer.
Completadas las bendiciones, Jacob vuelve a pedir a sus hijos que le entierren en Israel, en la Cueva de Macpela, con su mujer, sus padres y sus abuelos. Tras pronunciar sus últimas palabras, Jacob fallece.
La Biblia de Israel señala que la herencia costera legada por Jacob a Zabulón permite a la tribu entrar más tarde en una asociación especial con la tribu de Isacar; la primera utilizó su éxito marinero para apoyar a la segunda en el estudio de la Torá, ganando así una parte de su mérito.
Puntos para reflexionar
¿Por qué crees que Jacob decidió bendecir a sus hijos diciéndoles «lo que os sucederá en el Final de los Días»?
Entierro de Jacob
José llora la muerte de Jacob y ordena embalsamar el cuerpo de su padre, proceso que, según la Torá, dura cuarenta días. Luego pide permiso al Faraón para enterrar a su padre en Israel, como había prometido, y el Faraón accede.
Los hermanos de José asistieron al entierro, junto con los sirvientes del faraón y los ancianos de Egipto. De hecho, el séquito egipcio era tan impresionante que los cananeos locales rebautizaron el lugar con el nombre de Avel Mitzrayim, que significa «Luto de Egipto». Jacob fue enterrado, como se había pedido, en la Cueva de Macpela, acompañado de un gran panegírico y de un período de luto de siete días, costumbre que siguen practicando los judíos en la actualidad.
Puntos para reflexionar
¿Por qué crees que los egipcios asistieron al funeral de Jacob en Israel?
Los últimos días de José
Tras la muerte de Jacob, los hermanos temen que José se anime por fin a vengarse de ellos. Por eso afirman que su padre pidió antes de morir que José fuera misericordioso y perdonara a sus hermanos por lo que le hicieron. Se ofrecen a servirle como esclavos.
José responde que, aunque sus intenciones iniciales eran hacerle daño, Dios siempre quiso que los acontecimientos resultaran para bien. José asegura a sus hermanos que no tiene intención de castigarles por sus acciones. Al contrario, planea mantenerlos a ellos y a sus familias en Egipto.
José vive hasta los 110 años y ve a sus nietos tener hijos. En su lecho de muerte, dice a sus hermanos que Dios seguramente se acordará de ellos y sacará a sus hijos de Egipto y los devolverá a Tierra Santa. En ese momento, pide, esos descendientes deben llevar sus huesos con ellos fuera de Egipto a Israel.
La Biblia de Israel señala que la frase única que utiliza José, Dios «sin duda os visitará», no sólo es una promesa, sino una señal. Cuando Moisés aparece en escena un siglo más tarde utilizando exactamente la misma frase, el pueblo sabe que su redención es inminente. Aunque esta estancia en Egipto sólo sería una de las muchas pruebas que sufrirían los Hijos de Israel, la promesa que Dios hizo a Abraham, Isaac y Jacob, repetida aquí por José, significa que el pueblo judío será finalmente una gran nación que residirá en la Tierra de Israel, a la que pertenece.
Puntos para reflexionar
¿Por qué crees que, 17 años después de reunirse, a los hermanos les sigue preocupando que José se vuelva contra ellos?