La verdad sobre la dinastía asmonea

diciembre 6, 2021
|Mattathias appealing to the Jews (Wikipedia Commons)|

La historia de Janucá es claramente conflictiva, pues enfrenta a los desvalidos judíos con los poderosos seléucidas y el rey Antíoco IV. Los judíos también se enfrentaban a sus hermanos helenizados, que intentaban activamente acabar con el servicio del Templo y la observancia de los mandamientos de la Torá. Para contrarrestar esto se necesitaban líderes poderosos que llegaron en forma de la familia asmonea encabezada por Matatías, que estableció una dinastía que duró unos 103 años, recuperando unas fronteras no muy lejanas del reino de Salomón. Tras la opresión seléucida, se logró la consolidación política bajo el dominio judío y floreció la vida judía. Pero los defectos inherentes a la dinastía condujeron al fin de 2.000 años de soberanía judía en Israel cuando el último asmoneo, Antígono, fue depuesto y ejecutado por los romanos bajo Marco Antonio.

Matatías apelando a los judíos (Shutterstock.com)
Matatías apelando a los judíos (Shutterstock.com)

A Matatías le sucedió su hijo Judá, a quien sucedió su hermano Jonatán. Jonatán fue el primero de los asmoneos en convertirse en Kohen Gadol (Sumo Sacerdote). Judea no había llegado a ser totalmente independiente y los seléucidas nombraron a Jonatán meridarca, su gobernador autónomo que les representaba. Este título fue utilizado también por sus sucesores asmoneos.

Fue este título el que inscribieron en griego en las monedas que acuñaron. Juan Hircano, nieto de Matityahu e hijo de Simón, empezó a añadir el título hebreo de chever yehudim (el pueblo judío) a las monedas, práctica que continuó hasta el final de la dinastía.

Monedas asmoneas (Shutterstock.com)
Monedas asmoneas (Shutterstock.com)

Los griegos, y más tarde los romanos, desempeñaron un papel dominante en la dinastía asmonea. Cuando dos hermanos que no cumplían los requisitos reclamaron la realeza, pidieron a un representante de Roma que arbitrara. Esta influencia dominante provocó la caída final de los asmoneos.

En 142 a.C., Simón, el último superviviente de los hermanos Macabeos, fue reconocido como Sumo Sacerdote y líder político por su propio pueblo. Rompió todos los lazos con los seléucidas y expulsó al ejército griego de Jerusalén. También acuñó monedas, siendo el primer líder de Judea en hacerlo.

El establecimiento de la dinastía asmonea fue problemático, pues la Torá establece específicamente que el gobernante de Israel debe proceder de la Tribu de Judá(Génesis 49:10). Además, la Mishná (Pirkei Avot 4:13) afirma en nombre de Rabí Shimón: «Hay tres coronas: la Corona de la Torá, la Corona del Sacerdocio y la Corona de la Realeza, pero la Corona del Buen Nombre las supera a todas». Como sacerdotes que actuaban también como reyes, los asmoneos combinaban la corona del sacerdocio con la corona de la realeza, una situación indeseable. En la práctica, depositaba demasiada autoridad, tanto civil como religiosa, en una sola entidad.

De hecho, a pesar de su linaje sacerdotal, la dinastía asmonea estuvo plagada de los pecados y problemas de cualquier linaje de reyes. Juan Hircano sucedió a su padre, después de que éste fuera asesinado por su yerno. Varios fueron asesinados por los romanos, que ejercieron una fuerte influencia en la política de Judea. Herodes mató al último varón de la línea, Aristóbulo II, así como a la última mujer de la línea, su propia esposa Miriam.

Réplica del Segundo Templo, renovado y ampliado por el rey Herodes (Shutterstock.com)
Réplica del Segundo Templo, renovado y ampliado por el rey Herodes (Shutterstock.com)

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