La redención de los primogénitos y el Éxodo

Redemption of the Firstborn ceremony (Shutterstock.com)

El judaísmo es una identidad étnica que conlleva muchas obligaciones religiosas. Es de sobra conocido que los judíos circuncidan a sus hijos al octavo día, un ritual llamado brit milah, como ordena la Torá. Pero menos conocido es el mandamiento del pidyon haben, redención del primogénito, que los Hijos de Israel deben cumplir como parte del Éxodo(Éxodo 13:13):

Este mandamiento conmemora la Plaga de los Primogénitos, en la que Dios hirió a los primogénitos de los egipcios, pero perdonó a los primogénitos de los israelitas.

Muerte del Primogénito
Muerte del Primogénito

Redimir al hijo primogénito

El Pidyon Haben es una ceremonia relativamente rara. La Biblia se refiere al primogénito como «el abridor del vientre». Por tanto, el primogénito a estos efectos se refiere al primogénito varón de la madre. Una familia no celebra la ceremonia si su primogénito es una niña, nace por cesárea, precedido de un aborto espontáneo, o si alguno de los abuelos es sacerdote o levita. Si una mujer da a luz a un segundo hijo de forma natural cuando el primero nació por cesárea, ese niño tampoco es redimido. Puesto que la ceremonia se realiza por el primogénito varón de la madre, un padre puede realizar pidyon haben por muchos hijos nacidos de distintas madres, pero una madre sólo tiene un primogénito que «abre su vientre». La ceremonia, acompañada de una comida festiva, debe realizarse un mes después del nacimiento pero, si no se hace entonces, no tiene límite de finalización. Si el primer embarazo de la madre terminó en mortinato, el hijo posterior no tiene un pidyon haben. Si abortó dentro de los primeros cuarenta días de gestación, y después nace un hijo, éste deberá tener un pidyon haben. Si abortó después de los primeros cuarenta días, debe consultarse a un rabino si el siguiente hijo se considera «el abridor del vientre». Si nacen dos niños gemelos, sólo debe redimirse al primogénito. Si nacen un niño y una niña, sólo debe redimirse al niño si nace primero. Si una mujer se convierte al judaísmo, incluso durante el embarazo, su primogénito requiere un pidyon haben. Si una mujer que ya tenía hijos se convierte, su primer hijo nacido judío no necesita ser redimido, ni tampoco los hijos que nazcan después de su conversión. En esta mitzvah (mandamiento bíblico), un primogénito judío es redimido por el padre no antes de 30 días después de su nacimiento, dando cinco monedas de plata (al menos 101 gramos) a un Kohen (hombre judío de la casta sacerdotal). Tradicionalmente, la mitzvah se realiza durante una comida festiva a la que asisten la familia y algunos amigos. Si el día 30 cae en Shabat o en un día festivo, el pidyon haben se retrasa hasta el día siguiente. Si el padre no redime al hijo, el requisito pasa al propio hijo.

Un bebé adornado con joyas de oro en su ceremonia de redención (Shutterstock.com)
Un bebé adornado con joyas de oro en su ceremonia de redención (Shutterstock.com)

La razón técnica de la mitzvah se basa en que los primogénitos fueron designados en Egipto para el futuro servicio en el Tabernáculo/Templo. Por este motivo se les libró de la última plaga en Egipto. La tribu de Leví debía recibir una porción de la tierra al llegar a Israel. Tras el pecado del Becerro de Oro, los primogénitos demostraron su inadecuación para el servicio en el Templo, mientras que la tribu de Leví demostró su fidelidad. Pero esto significaba que los primogénitos, que estaban destinados al Templo, recibían una parte de la tierra, mientras que Leví no. Para arreglar esta desigualdad, el primogénito paga plata a los cohanim, un subconjunto de la tribu de Leví. Por esta razón, las hijas primogénitas no están incluidas en esta mitzvah, ya que no servirían en el Templo.

La ceremonia (tradición asquenazí)

Se prepara la comida, se lavan las manos y se recita la bendición sobre el pan. El padre lleva al hijo pequeño y cinco monedas de plata al Kohen, recitando lo siguiente: Padre: Mi esposa israelita me ha dado a luz este hijo primogénito. אִשְׁתִּי הַיִשְׂרְאֵלִית יָלְדָה לִי בֵּן זֶה הַבְּכוֹר Kohen: ¿Qué prefieres tener: a tu hijo primogénito o las cinco monedas que estás obligado a darme por la redención de este tu hijo primogénito? אֵיזֶה תִּרְצֶה יוֹתֵר, בִּנְךָ בְּכוֹרֶךָ זֶה אוֹ חֲמִשָׁה סְלָעִים שֶׁנִתְחַיַבְתָּ בְּפִדְיוֹנוֹ Padre: Quiero a éste, mi hijo primogénito, y aquí tienes cinco monedas que se me exigen para la redención. חָפֵץ אֲנִי לִפְדוֹת אֶת בְּנִי וְהֵא לְךָ דְמֵי פִדְיוֹנוֹ שֶׁנִתְחַיַבְתִּי מִן הַתּוֹרָה El padre extiende la mano con el dinero de la redención y recita las dos bendiciones siguientes: Bendito seas, Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus mandamientos y nos has ordenado acerca de la redención de un hijo. בָּרוּךְ אַתָּה ה’ אֱלהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם. אֲשֶׁר קִדְּשָׁנוּ בְּמִצְוֹתָיו. וְצִוָּנוּ עַל פִּדְיוֹן הַבֵּן Bendito seas, Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que nos has concedido la vida, nos has sostenido y nos has permitido llegar hasta esta ocasión. בָּרוּךְ אַתָּה ה’ אֱלהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם. שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִּיעָנוּ לַזְמַן הַזֶּה El padre da entonces el dinero al kohen. El kohen coge el dinero y luego, mientras sostiene el dinero sobre la cabeza del niño, recita lo siguiente: Esto en lugar de esto; esto en sustitución de esto; esto [one] se perdona sobre esto. Y este muchacho entrará en la vida, en la Torá [study] y en el temor a Di-s. Que sea [G‑d’s] voluntad que, al igual que [this boy] entró en la redención, entre también en la Torá [study], en el palio nupcial y en las buenas acciones. Amén. זֶה תַחַת זֶה, זֶה חִילוּף זֶה, זֶה מָחוּל עַל זֶה. וְיִכָּנֵס זֶה הַבֵּן לְחַיִים לְתּוֹרָה וּלְיִרְאַת שָׁמַיִם. יְהִי רָצוֹן שֶׁכְּשֵׁם שֶׁנִּכְנַס לְפִדְיוֹן כֵּן יִכָּנֵס לְתוֹרָה וּלְחֻפָּה וּלְמַעֲשִׂים טוֹבִים אָמֵן A continuación, coloca la mano sobre la cabeza del niño y lo bendice como sigue:

יְשִׂימְךָ אֱלהִים כְּאֶפְרַיִם וְכִמְנַשֶּׁהְ

ה’ שׁמְרֶךָ ה’ צִלּךָ עַל יַד יְמִינֶךָ ה’ יִשְׁמָרְךָ מִכָּל רָע יִשְׁמר אֶת נַפְשֶׁךָ כִּי אוֹרֶךְ יָמִים וּשְׁנוֹת חַיִּים וְשָׁלוֹם יוֹסִיפוּ לָךְ ה’ יִשְׁמָרְךָ מִכָּל רָע יִשְׁמר אֶת נַפְשֶׁךָ

Que Dios te haga como Efraín y Manasés. Que Dios te bendiga y te proteja. Que Dios haga brillar Su rostro sobre ti y te conceda la gracia. Que Dios vuelva Su rostro hacia ti y te conceda la paz. Que Dios te guarde de todo mal, [may He] guarda tu alma. Pues se te añadirán largos días y años de vida. Dios debe guardarte de todo mal, [may He] guarda tu alma.

El Kohen levanta la copa de vino y recita la bendición sobre el vino antes de beber. La comida festiva continúa.

Motivos de la Mitzvah

El Sefer HaJinuj afirma que la razón de este mandamiento es que todo lo que hay en el mundo pertenece a Di-s. Al consagrar lo primero y lo mejor, se nos recuerda que todo pertenece realmente a nuestro Creador, y que debemos «comprárselo» a Él antes de utilizarlo. Un significado oculto que se ha sugerido es que este mandamiento es un recordatorio de que, cuando se le dio a elegir entre su primogénito o someterse a la voluntad de Dios, el Faraón eligió rebelarse contra Dios negándose a permitir la salida de los judíos.

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