Cómo diez plagas desmantelaron la teología del faraón

enero 28, 2025
Wadi Hever in the Judean Desert (Shutterstock.com)

Imagina enfrentarte al gobernante más poderoso del mundo antiguo y decirle que todo su sistema de creencias es erróneo. Éste fue el desafío de Moisés cuando se enfrentó al Faraón, y lo que siguió no fue sólo una demostración del poder divino, sino un debate teológico magistralmente estructurado que se desarrolló a través de las Diez Plagas de Egipto. Según el rabino Isaac Abarbanel, filósofo judío y comentarista bíblico del siglo XV, cada plaga era una respuesta cuidadosamente calculada a las negaciones fundamentales del faraón sobre la naturaleza de Dios.

Cuando Moisés se dirigió por primera vez al Faraón con la exigencia de Dios de liberar a los israelitas, el Faraón respondió con tres negaciones fundamentales:

El faraón cuestionó la existencia misma de Dios, «No conozco al Señor», rechazó la providencia divina, «¿Quién es el Señor?», y negó el poder de Dios para intervenir en el mundo natural y su necesidad de escucharle, «¿Para que atienda a su voz?». Cada serie de tres plagas estaba diseñada para desmantelar sistemáticamente estas afirmaciones.

La primera serie -Sangre, ranas y piojos- empezaba con la declaración «Por esto sabréis que yo soy el Señor» (Éxodo 7:17). Era una respuesta directa a la declaración del Faraón de que no conocía al Señor. Estas plagas se enfrentaron a la creencia del faraón de que la propia naturaleza era divina y que los cuerpos celestes controlaban el mundo natural. Las plagas demostraron que existe un Dios singular y supremo que está por encima de la naturaleza y la controla, una verdad tan convincente que incluso los magos del faraón acabaron reconociendo que «éste es el dedo de Dios» (Éxodo 8:15).

El segundo trío -bestias salvajes, enfermedad del ganado y furúnculos- empezaba con «para que sepas que yo soy el Señor en medio de la tierra» (Éxodo 8:18). Estas plagas abordaban la duda del faraón sobre la providencia divina y su implicación en los asuntos humanos. Al distinguir entre territorios egipcios e israelitas, demostraron que Dios está íntimamente implicado en el mundo y puede dirigir Su intervención con precisión.

La última serie -Granizo, Langostas y Tinieblas- empezaba con «para que sepáis que no hay nadie como Yo en todo el mundo» (Éxodo 9:14). Estas plagas se enfrentaron a la duda del Faraón sobre el poder de Dios para forzar el cumplimiento o alterar la naturaleza. Demostraron el poder ilimitado de Dios para anular la ley natural, demostrando que ninguna fuerza, ni siquiera la obstinada voluntad del faraón, podía oponerse al control absoluto de Dios sobre la creación.

Aunque estas nueve plagas constituían una demostración teológica sistemática, Abarbanel explica que la décima plaga -la muerte de los primogénitos- tenía un propósito distinto. Más que abordar las ideas teológicas erróneas del faraón, fue un acto de justicia retributiva por la matanza egipcia de niños hebreos. Esta última plaga trascendía el marco educativo de las nueve anteriores, representando en cambio la máxima expresión de la justicia divina.

Este elegante análisis revela algo profundo tanto sobre la pedagogía divina como sobre la comprensión humana. En lugar de abrumar al Faraón con demostraciones aleatorias de poder, cada plaga se calibró cuidadosamente para abordar conceptos teológicos erróneos específicos. El mensaje que se desprende es sorprendente: a veces, el camino hacia la verdad requiere no sólo presenciar pruebas, sino que nuestras suposiciones más profundas sean sistemáticamente cuestionadas y reformadas.

En esencia, las Diez Plagas no eran sólo un castigo: eran una elaborada lección de teología, que enseñaba no sólo al faraón, sino a todas las generaciones futuras, la naturaleza del poder, la providencia y la presencia divinas en nuestro mundo. Esta revelación progresiva muestra cómo incluso los acontecimientos más dramáticos de la historia bíblica sirvieron como sofisticadas herramientas de educación espiritual.

La Biblia hebrea es un libro muy grande: en realidad, 24 libros, para ser exactos. Estudiarla puede resultar muy abrumador. ¿Por dónde empezar?


La Biblia de Israel Plus elimina el estrés del estudio de la Biblia, permitiéndote centrarte en la tarea más importante: la propia Biblia. Haz clic aquí ¡para llevar aún más Biblia a tu vida!

Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

Suscríbete

Regístrate para recibir inspiración diaria en tu correo electrónico

Entradas recientes
La negociación «fallida» que cambió la Historia
Tiempo Santo, Espacio Santo
Almuerzo con un pesimista: Por qué creo en el mañana
Conceptos básicos de la Biblia:

Artículos relacionados

Subscribe

Sign up to receive daily inspiration to your email

Inicio de sesión de miembro TIB

Suscríbete

Regístrate para recibir inspiración diaria en tu correo electrónico