No comas sangre – ¿o cazas?

abril 26, 2022
Preparing a hen for ritual slaughter in Ashdod (Shutterstock.com)

En el Levítico, Dios prohíbe terminantemente a Israel comer sangre. Esta prohibición también incluye cazar y comer del cadáver de un animal muerto(Levítico 17:10-16), y el castigo para quien la infrinja es karet. De hecho, la prohibición de comer la sangre de un animal se aplica a toda la humanidad, como se expresa en el Génesis a Noé y sus hijos(Génesis 9:4).

El Talmud explica que la prohibición bíblica se refiere a la sangre de reses, bestias y aves, y prescribe el castigo de karet por el consumo de la cantidad mínima del volumen de una aceituna. La Torá afirma explícitamente que la sangre de la que se es responsable es la sangre vital, es decir, «la sangre con la que surge el alma». Se trata de la sangre que primero brota cuando el animal es herido mortalmente. La sangre que rezuma posteriormente, o la sangre en la propia carne, no está prohibida por la Torá. Sin embargo, esta sangre está prohibida por la ley rabínica y debe eliminarse antes de que pueda consumirse. Esto suele conseguirse salando la carne.

En Moreh Nevuchim (Guía de los perplejos), el Rambam (Maimónides) explica la razón de la prohibición, afirmando que la antigua práctica de comer sangre de animales era parte integrante de la demonolatría y otras formas de idolatría.

El Rambán (Najmánides) discrepa, explicando que la sangre representa o contiene la fuerza vital, como dice «pues la vida de la carne está en la sangre»(Levítico 17:11), y está prohibido incorporar la fuerza vital de otro ser. «El poseedor de un alma no puede consumir otra alma», explica el Rambán. «Puesto que todas las almas pertenecen a Dios».

El Sefer HaJinuj explica que al consumir la sangre vital de un animal, una persona puede adquirir rasgos animales.

La sangre de todas las demás criaturas, incluidos los peces, las langostas y la sangre humana, está permitida según las interpretaciones rabínicas de la ley bíblica. Una mancha de sangre en la yema de un huevo hace que éste no sea apto para el consumo, aunque no debido a la prohibición de la sangre. Más bien indica la formación de un embrión dentro del huevo, y los embriones están prohibidos.

Puede parecer extraño, pero la sangre humana está permitida bíblicamente. Está prohibida por decreto rabínico porque tiene el mismo aspecto que la sangre animal y a un espectador puede parecerle que se está comiendo sangre animal. Sin embargo, está permitido tragar la sangre del diente que sangra y chuparse el dedo que sangra, pero si un trozo de comida está manchado por la propia sangre, no puede comerse. Del mismo modo, la sangre de pescado recogida en una vasija está prohibida.

La prohibición de la sangre se limita a su consumo; sin embargo, está permitida para otros usos.

Irónicamente, a pesar de esta estricta prohibición y de la aversión judía a la sangre, los antisemitas han acusado históricamente a los judíos de asesinar a niños cristianos para utilizar su sangre en la elaboración del matzoh.

La caza está explícitamente prohibida, aunque hay cazadores en la Biblia. El primer cazador mencionado en la Biblia fue Nimrod, descrito como un «poderoso cazador»(Génesis 10:9). El midrash describe a Nimrod como un cazador de personas, que las atrapó en el pecado y fue responsable de la Torre de Babel.

El siguiente cazador descrito es Esaú(Génesis 25:27), a diferencia de Jacob, que «era un hombre apacible que permanecía en el campamento». Curiosamente, fue la habilidad de Esaú como cazador lo que le granjeó la simpatía de su padre(Génesis 25:28), habilidad que Jacob tuvo que falsear para robar la bendición(Génesis 27:4).

La caza también está prohibida por la ley de la Torá, que exige que todos los animales sean sacrificados ritualmente en un proceso conocido como shechita (sacrificio cortando la tráquea, el esófago, la arteria carótida y la vena yugular). Un animal sacrificado de otra forma no se considera kosher. Por tanto, un flechazo mortal convertiría al animal en un treifah (animal desgarrado o herido de muerte) y, por tanto, estaría prohibido comerlo.

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