Porción de la Torá

La Porción de Devarim

Deuteronomio 1:1-3:22
Porción de la Biblia
La Porción de Devarim

La Porción de Devarim

Deuteronomio 1:1-3:22

Esta porción marca el comienzo del último libro de la Torá. Tras guiar valientemente a los Hijos de Israel por el desierto durante cuarenta años, Moisés se prepara para separarse del pueblo. Lo que sigue en el libro del Deuteronomio es su discurso de despedida, pronunciado durante las últimas seis semanas de su vida.

Como señala la Biblia de Israel, el discurso de Moisés toca diversos temas que considera importante repasar antes de que la nación entre en la Tierra Prometida. En él hay algo para todos: jóvenes y viejos, ricos y pobres, sacerdotes y laicos, lo que demuestra que todos tienen un lugar en la Tierra de Israel.

La porción de Devarim se centra en una serie de incidentes que tuvieron lugar durante el mandato de Moisés. Trata de la división de la responsabilidad de liderazgo mencionada por primera vez en Éxodo 18; el pecado de los espías que tuvo lugar en Números 13-14; una serie de batallas e interacciones con estados extranjeros; y la herencia de las tribus de Rubén, Gad y la mitad de Manasés, en la orilla oriental del río Jordán, de la que tuvimos noticia por primera vez la semana pasada, en Números 32.

Resumen del viaje: Salir del Monte Sinaí

Deuteronomio 1:1-18

Moisés se dirige al pueblo de Israel en las últimas semanas de su estancia en el desierto. Les recuerda la promesa de Dios a sus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob, de dar la tierra a sus descendientes.

A continuación, comienza con una revisión de la estructura de liderazgo establecida durante la visita de su suegro Jetro, aunque no se menciona el nombre de éste. En su lugar, Moisés explica que la nación se había vuelto demasiado numerosa para que él pudiera ocuparse de los problemas individuales. Cuenta que se había dirigido a la nación para proponerle un sistema de tribunales de varios niveles, en el que los dirigentes de las comunidades juzgarían a decenas, cincuentenas, centenas y millares. Según Moisés, el pueblo aceptó su propuesta, y él dio instrucciones a los jueces recién nombrados para que actuaran con rectitud, sin mostrar favoritismos y acudiendo al propio Moisés cuando un asunto fuera demasiado complejo o poco claro.

Puntos para reflexionar

¿Por qué crees que no se menciona el nombre de Jetro en esta narración de los hechos? En Éxodo 18, donde se narra la historia por primera vez, Jetro desempeña un papel importante en esta propuesta, ¡y es a Moisés a quien hay que convencer de sus beneficios!

Los espías revisitados

Deuteronomio 1:19-46

Moisés pasa ahora a hablar de la razón por la que los israelitas siguen en el desierto. 38 años antes, les recuerda Moisés, el pueblo se había dirigido a él pidiéndole que enviara espías a inspeccionar la tierra que estaban a punto de heredar, aparentemente para formar un plan de batalla. Moisés había seleccionado a 12 líderes de entre ellos para la tarea, de los que dice que trajeron pruebas de la gloria de la Tierra Prometida, pero el pueblo rechazó el regalo de Dios, diciendo que sería imposible conquistar una tierra habitada por gigantes.

Según Moisés, entonces intentó calmar al pueblo, asegurándoles que con la ayuda de Dios podrían conseguir cualquier cosa. Pero el pueblo no le creyó y desesperó de llegar a la Tierra de Israel.

Dios escuchó las quejas del pueblo, prosigue Moisés, y decidió eliminar a la generación que calumniaba la tierra, salvo a Caleb y Josué, que eran los únicos que hablaban bien de la tierra. Al oír la noticia, recuerda Moisés al pueblo, la generación del desierto se arrepintió de su rechazo e intentó entrar en la tierra de todos modos, pero ya era demasiado tarde. Dios no les ayudó, y los que lo intentaron fueron aniquilados. Los supervivientes fueron destinados a vagar por el desierto durante cuarenta años, extinguiéndose lentamente, de modo que sólo sus hijos, los que ahora estaban ante Moisés, pudieron entrar en la tierra.

La Biblia de Israel señala que este relato pone de relieve lo especial que es la Tierra de Israel. Incluso los espías, que volvieron con calumnias, decididos a hablar mal de la Tierra Prometida, no pudieron evitar alabar su generosidad.

Puntos para reflexionar

Hay muchas discrepancias entre el relato de los espías descrito aquí por Moisés y el registrado en Números 13-14. ¿A qué crees que se debe? ¿Por qué podría haber optado Moisés por modificar los detalles para este público?

Nuevos vecinos y enemigos

Deuteronomio 2:1-3:11

Moisés toma nota para el pueblo de una serie de naciones con las que los israelitas tuvieron diversas interacciones a lo largo de los años. En primer lugar habla de los descendientes de Esaú y de Moab, con los que los Hijos de Israel se encontraron al principio de su viaje. Dios ordenó entonces a los israelitas que no hicieran la guerra a ninguna de las dos naciones, pues Dios no les daría su tierra. Más bien, debían pagar por la comida y el agua que las naciones les proporcionaran.

38 años más tarde, después de que la generación del desierto hubiera perecido, los israelitas se encontraron con los amonitas, a quienes Moisés también les dijo que no atacaran. Moisés también señala que cada una de estas tres naciones no es el habitante original de su actual patria. Más bien, allí vivían diferentes naciones gigantes que fueron expulsadas por Dios en beneficio de estas tres naciones.

No todos los encuentros con otras naciones resultaron pacíficos. Moisés recuerda a los Hijos de Israel sus recientes batallas con Sehón y Og, reyes poderosos que se negaron a permitir que los israelitas atravesaran sus tierras. En cambio, con la ayuda de Dios, los Hijos de Israel conquistaron sus tierras.

La Biblia de Israel explica por qué Dios ordenó a los israelitas que no entraran en guerra con los moabitas. Tanto ellos como los amonitas son descendientes del sobrino de Abraham, Lot. Cuando Abraham y su familia huyeron de Canaán por el hambre y llegaron a Egipto, pidió a Sara que fingiera ser su hermana para que no lo asesinaran y así poder apoderarse de ella por su belleza. Lot sabía la verdad, pero protegió el secreto de sus tíos. El respeto de los israelitas por las fronteras de su descendencia es el resultado de este acto de nobleza. A partir de aquí podemos apreciar que la presencia judía en la Tierra de Israel se basa en la amistad, la bondad y la fraternidad.

Puntos para reflexionar

Moisés parece ir saltando de tema en tema en su discurso. ¿Por qué crees que estas hazañas estarían entre las primeras cosas que querría plantear al pueblo?

Rubén, Gad y la mitad de Manasés

Deuteronomio 3:12-22

La porción termina reiterando el establecimiento de la porción de Rubén, Gad y la mitad de Manasés en el lado oriental del río Jordán. Las dos tribus y media recibieron las tierras de Sehón y Og en Números 32. Sin embargo, Moisés recuerda a la nación que, en aquel momento, dio instrucciones a estas tribus para que construyeran casas para sus familias y corrales para sus animales, y luego entraran en la Tierra Prometida por delante de sus hermanos para encabezar la carga de la conquista. Hasta que no se conquiste el resto de la tierra, las tribus del lado oriental del río tampoco podrán establecerse.

Moisés también dice a la nación lo que dijo a Josué: Dios estará con la nación, como vieron que estaba hasta ahora. No deben temer a sus enemigos, pues Dios librará sus batallas.

La Biblia de Israel señala las similitudes entre la llamada de Moisés a las tribus de Rubén y Gad para que sirvieran a su nación y el ejército actual de Israel. A día de hoy, Israel recluta a sus jóvenes, a la edad de 18 años, en las FDI, normalmente para tres años de servicio. El Estado pide a los judíos de la diáspora que hagan también su parte, pidiéndoles que contribuyan a la vitalidad, el crecimiento y la seguridad de Israel.

Puntos para reflexionar

¿Por qué crees que Moisés recuerda al pueblo un acontecimiento que acaba de suceder?

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Por: The Israel Bible Team

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