La porción de Toldot narra la historia de Jacob y Esaú, desde su nacimiento hasta su famosa disputa. También incluye las experiencias de Isaac en la tierra de Gerar, donde vuelve a cavar los pozos de su padre.
La infancia de Jacob y Esaú
Tras muchos años de matrimonio sin hijos, Isaac y Rebeca rezan para tener descendencia, y son bendecidos con un embarazo largamente esperado. Sin embargo, el embarazo es difícil, y Rebeca busca la sabiduría de Dios para comprender sus aflicciones. Se le dice que dos naciones luchan por el poder en su vientre, y que un día prevalecerá la más joven.
Cuando nacen los gemelos, el mayor es pelirrojo y peludo, y el pequeño sale agarrado al tobillo de su hermano. Por eso se les llama Esaú (de la palabra hebrea que significa totalmente formado) y Jacob (de la palabra hebrea que significa tobillo).
Los dos niños crecen y desarrollan intereses dispares. Mientras Esaú caza, Jacob sigue siendo hogareño. La Torá nos dice que Isaac amaba a Esaú por la caza que tenía en la boca, pero Rebeca amaba a Jacob.
Un día, Esaú regresa del campo tras una agotadora jornada de caza, y exige a Jacob el brebaje de lentejas que está preparando. Jacob accede a compartir su guiso de lentejas con su hermano, a condición de que Esaú jure su primogenitura a su gemelo menor. Esaú, creyendo que de otro modo morirá de todos modos, accede. Jacob le da la comida a su hermano, y Esaú come, bebe, se levanta y, según señala la Torá, rechaza su primogenitura.
Puntos para reflexionar
La Torá nos dice que Isaac amaba a Esaú por la caza que tenía en la boca, pero no se da ninguna razón del amor de Rebeca por Jacob. ¿Qué crees que significa esto? ¿Crees que cada uno de los padres amaba también al otro hijo?
De tal padre, tal hijo
Este pasaje contiene los únicos relatos de la Torá en los que Isaac no se identifica con su padre ni con sus hijos, y sin embargo recuerda notablemente las aventuras de Abraham.
Movido por el hambre, Isaac decide abandonar su hogar en busca de tierra fértil. Después de que Dios le dijera que no abandonara la tierra que había prometido a la descendencia de Abraham, Isaac se instala en Gerar, tierra de los filisteos. Como su padre antes que él, hace pasar a su mujer por su hermana, por miedo a que los lugareños le maten y se la lleven. Sin embargo, con el paso del tiempo, nadie se entromete con Rebeca, y un día Abimelec, rey de Gerar, se da cuenta de que la pareja se comporta más como un matrimonio que como hermanos. Se enfrenta a Isaac, que le explica sus temores. Abimelec acusa a Isaac de cortejar la catástrofe y decreta que nadie puede tocar a Rebeca.
Isaac se enriquece en la tierra de Abimelec, y su pueblo se vuelve celoso. Bloquean los pozos que había excavado Abraham, y el propio Abimelec insta a Isaac a que se marche. Isaac sigue adelante, volviendo a excavar los pozos que su padre había excavado antes, y los llama a cada uno por los nombres que su padre les dio. Con cada nuevo pozo que descubren los hombres de Isaac, los filisteos discuten su reclamación, hasta que finalmente Isaac excava un pozo y se queda solo. A este pozo lo llama Rehoboth, pues Dios le ha concedido por fin un amplio espacio para crecer. Desde allí, Isaac regresa a Beerseba, donde construye un altar y sus siervos cavan un pozo.
Abimelec viene a ver a Isaac, que se sorprende por la aparición del rey después de haber pedido a Isaac que abandonara su tierra. Abimelec busca un tratado con Isaac, como con Abraham antes que él (véase Génesis 21:22-23), e Isaac acepta.
El capítulo se cierra con el matrimonio de Esaú con Judit y Basemat, dos mujeres hititas a las que sus padres despreciaban.
Cuando Dios dice a Isaac que no abandone la tierra, bendice a Isaac como bendijo a Abraham: que su descendencia será como las estrellas del cielo. La Biblia de Israel cita la poesía de la combatiente partisana Hannah Senesh para explicar la conexión. «Hay estrellas cuyo resplandor es visible en la tierra aunque hace tiempo que se extinguieron», escribió Senesh. «Hay personas cuyo resplandor sigue iluminando el mundo aunque ya no estén entre los vivos. Estas luces brillan especialmente cuando la noche es oscura. Iluminan el camino de la humanidad». ¡Qué acertada comparación con los judíos, cuyo papel en el mundo es servir de «luz a las naciones»!
Puntos para reflexionar
¿Cuál crees que es el significado de que Isaac volviera sobre los pasos de su padre? ¿Qué podemos aprender de las sutiles diferencias entre sus experiencias?
De bendiciones y engaños
El ciego Isaac llega a una edad avanzada y decide que ha llegado el momento de bendecir a su amado hijo Esaú. Envía al más joven a cazar y prepararle un banquete para que se anime a dar su bendición. Al oír las instrucciones de Isaac, Rebeca llama a Jacob y le dice que le traiga dos cabras para que las prepare en lugar del festín de Esaú, de modo que Jacob pueda ir en lugar de su hermano a recibir la bendición de Isaac. Al principio, reacio y temiendo que le descubran, Jacob se resiste, pero al final sigue las instrucciones de su madre.
Jacob lleva los manjares que ha preparado su madre a su padre, que enseguida sospecha del poco tiempo que ha tardado en volver. Jacob aduce la interferencia de Dios, lo que despierta aún más las sospechas de Isaac. Sin embargo, cuando siente el pelo de cabra que Rebeca había enrollado alrededor de los brazos desnudos de Jacob, se queda confuso, pues dice: «La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú».
Isaac acepta el banquete de Jacob y luego le ofrece una bendición. Pide a Dios que le conceda la generosidad de la tierra y el poder sobre la descendencia de su hermano. Pide que se maldiga a los que le maldicen y se bendiga a los que le bendicen.
Cuando Esaú regresa y descubre que su padre ya le ha dado su bendición, se indigna, e Isaac se asusta de haber sido engañado. Esaú suplica a su padre otra bendición, preguntándole lastimeramente si no tiene algo en reserva. Al principio, Isaac insiste en que ha dado todo lo que puede ofrecer a Jacob, pero reúne una bendición para Esaú: que él también disfrutará de la generosidad de la tierra y que vivirá de su espada. Aunque Jacob está destinado a gobernarle, habrá momentos, dice Isaac, en que Esaú prevalecerá.
Esaú se llena de odio hacia su hermano por el subterfugio, y jura matarlo cuando su padre haya desaparecido.
La bendición de «los rocíos del cielo y la grosura de la tierra» es exclusiva de las bendiciones que otorga Isaac. La Biblia de Israel cita las enseñanzas místicas del Zohar al decir que esta bendición es la que ha sostenido al pueblo judío a lo largo de los milenios. Según el rabino Shlomo Carlebach, es la bendición que otorga Isaac porque es el único de los antepasados que nunca abandonó la tierra de Israel.
Puntos para reflexionar
Veremos en el siguiente pasaje que Isaac bendice a Jacob una vez más, esta vez plenamente consciente de que está hablando con Jacob. ¿Por qué crees entonces que le dice a Esaú que no tiene más bendiciones que darle?
La huida de Jacob y la lección de Esaú
Rebeca se entera de lo que trama su hijo mayor contra su hermano y advierte a Jacob de que debe huir. A Isaac le explica que no quiere que Jacob encuentre esposa entre las mujeres inadecuadas de la zona, y que su hijo debe viajar a casa de su familia para encontrar esposa. Por ello, Isaac convoca a Jacob para que siga su camino y vuelve a bendecirle. Advierte a Jacob de que no se case con una mujer cananea, y le transmite las bendiciones que Dios concedió a Abraham. Jacob parte entonces hacia Paddan-aram, donde vive Labán, el hermano de Rebeca.
Mientras tanto, Esaú ve lo que ocurre entre su hermano y sus padres, y se da cuenta de que desaprueban su elección de esposa. Por ello, acude a los parientes de su padre y se casa con una de las hijas de Ismael, aunque no se divorcia de sus dos primeras esposas inadecuadas.
Puntos para reflexionar
¿Qué opinas de la decisión de Esaú de casarse de nuevo? ¿Crees que sus motivos fueron positivos o negativos?