En el Tabernáculo y, más tarde, en los Templos de Jerusalén, una cortina, llamada parochet, separaba el «Santo» del «Santo de los Santos». La única persona que atravesaba esta cortina era el Kohen Gadol (sumo sacerdote) en Yom Kippur, el Día de la Expiación.
Para entrar en el Santo de los Santos, el Kohen Gadol tenía que pasar primero por la puerta del atrio exterior del Tabernáculo, luego por la puerta que conducía a la sección sagrada del interior de la tienda del Tabernáculo, y después llegaba al parochet. Las tres entradas estaban hechas del mismo material: un fino lino blanco tejido con hilos de color azul(techelet), púrpura (argaman) y escarlata (tola’at shani) que atravesaban el material. Los tres tintes eran caros: el techelet, un azul intenso extraído de los caracoles murex, el argaman , un púrpura único reservado a la realeza y al Templo, y el tolaat shani, un tinte carmesí extraído de un gusano diminuto.

Mientras que la puerta medía 20 amot de largo x 5 amot de alto, las otras dos entradas medían 10×10 amot.
La cortina que separaba el campamento del atrio del Tabernáculo estaba sostenida por cuatro columnas asentadas en basas de bronce. Los israelitas sólo podían entrar cuando llevaban su sacrificio a la puerta como ofrenda para Dios sobre el altar de bronce.
La segunda cortina separaba al pueblo, en el atrio exterior del Tabernáculo, de la zona designada como sagrada. Sólo los sacerdotes podían entrar en el Lugar Santo después de haber realizado el sacrificio adecuado en el altar y haberse lavado en la fuente de bronce.
Como ya se ha dicho, el parochet separaba la zona Santa del Santo de los Santos. Entretejidas en este velo, custodiando la entrada al Lugar Santísimo, había figuras de querubines, figuras aladas, como las dos figuras que adornaban la tapa del Arca de la Alianza.

Rashi (Éxodo 26:31) explica el motivo de la separación, señalando que parochet se refiere a una «cortina» que separa entre un rey y su pueblo.
Cuando Salomón construyó el Templo de Jerusalén, esta separación pasó a ser en gran medida simbólica, ya que se accedía al Lugar Santísimo atravesando un doble muro que lo separaba de la zona santa exterior. No obstante, creó un nuevo parochet para el Templo(II Crónicas 3:14). Rashi (Menajot 98a) explica que, aunque no era necesario separar el Lugar Santísimo con una cortina, ésta se utilizaba como signo de modestia y respeto hacia el Arca Sagrada que se guardaba en el Lugar Santísimo.
El Segundo Templo era más grande que el primero, y no pudo construirse un muro lo bastante grande para separar el Santo del Lugar Santísimo. Por ello, el parochet, ahora doblado de la misma manera que el muro, se convirtió en la única separación.
Aunque el Templo no se levanta actualmente en Jerusalén, en las sinagogas de todo el mundo se sigue encontrando una representación simbólica del Parochet. El arca de la sinagoga, que representa el Arca de la Alianza, contiene los rollos de la Torá. El arca de la sinagoga está cubierta por una cortina denominada parochet.
