Tras establecerse en Hebrón, los hijos de Jacob (menos José) viajaron al norte para pastorear sus rebaños en Siquem. Jacob, ahora llamado Israel, envía a José a reunirse con sus hermanos. José llega a Siquem, a una distancia de unos 80 km de Hebrón, pero no encuentra a sus hermanos.
Un desconocido sin nombre dirige a José a Dotán, unas 15 millas más al norte, en las colinas de Gilboa. El valle de Dotán es conocido hasta hoy por sus ricos pastos (Ver un Mapa Antiguo de Israel Bíblica). Es interesante observar que el rabino Shlomo Yitzchaki, el comentarista bíblico medieval conocido como Rashi, identifica al desconocido como el ángel Gabriel.
Los destinos son significativos. Su padre compró una parcela de tierra en Siquem, por lo que es natural que los hermanos vayan allí para que pasten sus rebaños. Rashi describe Siquem como un lugar de malos comportamientos, como la violación de Dina. En este momento José no sabe que la próxima vez que venga a Siquem será varios cientos de años después, cuando los Hijos de Israel traigan sus huesos de Egipto.

Dotán resulta ser un destino fatídico para José, pues es allí donde sus hermanos se vuelven contra él y lo venden como esclavo. José es llevado a Egipto, un viaje de unos 550 kilómetros, donde es vendido a Potifar.
Dotán aparece más tarde como residencia del profeta Eliseo. Fue en Dotán donde Dios abrió los ojos del siervo de Eliseo para que pudiera ver los caballos y carros de fuego que les rodeaban, y donde Dios hirió de ceguera al ejército arameo a petición de Eliseo(2 Re 6,13-23).
El yacimiento bíblico se identifica con la moderna Tel Dotán, situada en el norte de las colinas de Samaria. Cerca del yacimiento arqueológico hay un pozo llamado, en árabe, Jubb Yusuf, que significa Pozo de José. Adyacente al kibbutz israelí de Ami’ad, el pozo fue durante siglos el emplazamiento de un khan o lugar de parada de caravanas.