Jerusalén y el Muro de las Lamentaciones es el lugar al que acuden los judíos para rezar. Pero, ¿escucha Dios también las oraciones de los no judíos?
El rey Salomón oró en la dedicación del Templo en I Reyes 8:43 y habla tanto de los Hijos de Israel como de las naciones del mundo.
Cornelia y Willy, de Alemania, comparten su testimonio sobre por qué este pasaje de Reyes les ha llegado al corazón.
Escucha su asombrosa historia de esperanza, fe y una recuperación médica MILAGROSA: