Imagina que vas caminando por una calle muy transitada y ves que alguien se desploma. ¿Te apresurarías a ayudar, o harías como que no te das cuenta y seguirías andando? En este caso, parece obvio que deberíamos detenernos e intentar ayudar. Pero, ¿qué ocurre cuando la gente sufre a una escala mucho mayor? En el mundo actual, es demasiado fácil mirar hacia otro lado, ignorar. Pero, ¿y si no lo hiciéramos?
Rashi, el gran comentarista, explica el significado de «No lo ignores»: «No debes taparte los ojos, fingiendo no verlo». Aunque la vida sea ajetreada y tengamos la tentación de fingir que no vemos a los demás necesitados y de centrarnos sólo en nuestras preocupaciones personales, no debemos permitirnos hacerlo. No debemos ignorar su dolor. La ignorancia voluntaria no es una opción. Nuestras vidas están inextricablemente ligadas a la responsabilidad que tenemos con los demás y con el mundo que nos rodea.
En la práctica, esto significa que si vemos un objeto perdido que pertenece a nuestro amigo, estamos obligados a actuar para devolvérselo. Pero el principio de «No lo ignores» puede y debe aplicarse a otros ámbitos de la vida. ¿Con qué frecuencia nos encontramos con alguien que ha perdido la alegría, la esperanza o el bienestar? Quizá escuchando, animando o simplemente estando presentes, podamos ayudar a recuperar lo que se ha perdido.
Lo que nos lleva a los rehenes israelíes retenidos actualmente por terroristas de Hamás en algún lugar subterráneo de Gaza. Personalmente, me resulta difícil, incluso doloroso, pensar en los rehenes. Es natural evitar pensar en ellos, ir a trabajar y ver Netflix y fingir que todo va bien. Pero Dios es claro: «¡No lo ignores!». Si se nos prohíbe ignorar a un burro perdido, ¿cómo podemos ignorar a los hijos que se han perdido de sus padres y a los maridos que se han perdido de sus esposas?
En las oraciones de las Altas Fiestas de Rosh Hashana y Yom Kippur, suplicamos a Dios: «Dios nuestro y Dios de nuestros padres, permite que nuestra plegaria llegue ante Ti y no ignores nuestra súplica«. Dios nos trata como nosotros tratamos a los demás. Si deseamos que Dios no ignore nuestras plegarias y nuestro propio dolor, ¿cómo podemos ignorar la difícil situación de los rehenes?
En la práctica, ¿qué podemos hacer para ayudar? En primer lugar, debemos mantenernos informados. Conoce las historias de los rehenes, comprende las complejidades de la situación y comparte este conocimiento con los demás. La concienciación es el primer paso hacia la acción. En segundo lugar, utiliza tu voz. Habla en las redes sociales, escribe a tus representantes y participa en manifestaciones. Haz saber al mundo que estos rehenes no están olvidados.
En tercer lugar, considera la posibilidad de hacer un donativo para ayudar a los rehenes israelíes. Tu apoyo puede desempeñar un papel vital en su rescate y en aliviar el dolor de sus seres queridos.
No te dejes insensibilizar. Elige sentir, preocuparte, actuar, incluso cuando te resulte incómodo. «No lo ignores», ¡no apartes la mirada!
El Fondo Benéfico Israel365 se dedica a fortalecer y apoyar al pueblo de Israel que necesita nuestra ayuda. Haz un donativo al Fondo Benéfico Israel365 hoy.