Divididos caeremos: La antigua estrategia de Amalek en los tiempos modernos

marzo 8, 2025
Ad about unity in B'nei Brak, Israel: "Together we will win." (Shutterstock.com)
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Tras el 7 de octubre de 2023, cuando los judíos de todo el mundo presenciaron el atentado más mortífero contra vidas judías desde el Holocausto, una antigua lección bíblica resurgió con renovada urgencia. Antes de aquel fatídico día, la sociedad israelí había alcanzado quizá su estado más dividido en décadas, fracturada por tensiones políticas, diferencias religiosas y divisiones sociales. Entonces, en un eco de los antiguos ataques de Amalek, los enemigos atacaron cuando las desavenencias internas estaban en su punto álgido. Desde los campus universitarios hasta las calles de las grandes ciudades, desde las redes sociales hasta los foros internacionales, hemos visto con qué rapidez el aislamiento y la división pueden convertirse en amenazas existenciales. Sin embargo, a lo largo de la historia, siempre que se han alzado enemigos contra nosotros, nuestra mayor defensa ha sido nuestra unidad.

Este Shabat, conocido como Shabat Zajor (el Sabbat del Recuerdo), lleva este profundo mensaje que resuena a través de los siglos de la historia judía. En el Shabat anterior a Purim, cumplimos un mandamiento bíblico leyendo tres poderosos versículos del Deuteronomio:

El momento de esta lectura es intencionado y profundamente significativo. Purim conmemora cómo Amán, descendiente de Amalec, conspiró para aniquilar al pueblo judío en la antigua Persia. La historia de Purim se convierte así en un cumplimiento de la narración anterior: una continuación de la antigua lucha contra Amalec y lo que esta nación representa.

Pero, ¿qué hizo que el pueblo judío fuera vulnerable al ataque de Amalek en primer lugar? El Kli Yakar, rabino Shlomo Ephraim Luntschitz (1550-1619), ofrece una profunda visión de esta cuestión, que sigue siendo relevante hoy en día.

En su comentario sobre Éxodo 17:8, el Kli Yakar explica que Amalec pudo atacar al pueblo judío debido a la división interna. Compara a Amalec con una mosca que sólo puede entrar en una herida ya existente. Cuando los israelitas reñían entre sí y se preguntaban «¿Está Dios entre nosotros o no?»(Éxodo 17:7) tras salir de Egipto, crearon fisuras espirituales que Amalec explotó.

La propia localización del ataque -Refidim- insinúa esta debilidad. El Kli Yakar señala que el nombre «Rephidim» (רפידים) se asocia con «debilitamiento» (רפיון), que simboliza la laxitud espiritual y la unidad disminuida. Fue precisamente esta división interna la que creó la oportunidad para el ataque externo.

Este patrón se repite en la historia de Purim. Amán, fiel a su herencia amalecita, reconoció y explotó la división entre los judíos. En su conspiración para convencer al rey Asuero de que autorizara el genocidio, describió al pueblo judío como «un pueblo determinado, disperso y diseminado entre los pueblos»(Ester 3:8). El énfasis en su naturaleza dispersa no era una coincidencia -Hamán comprendía que un pueblo dividido es un pueblo vulnerable.

La respuesta judía a esta amenaza nos enseña el antídoto contra el poder de Amalec. Cuando Ester se enteró del complot, su primera instrucción fue: «Ve y reúne a todos los judíos»(Ester 4:16). La unidad se convirtió en la principal defensa contra la destrucción.

Este principio se ilustra poderosamente en la secuencia que sigue al ataque original de Amalec. Tras derrotar a Amalec mediante un esfuerzo unificado, los israelitas viajaron al monte Sinaí, donde alcanzaron un nivel de cohesión sin precedentes. La Torá describe su campamento en singular, lo que suscitó el famoso comentario del bíblico medieval Rashi de que permanecían «como una sola persona con un solo corazón». Esta notable unidad no era casual, sino esencial: creaba la base espiritual necesaria para recibir la Torá. Sólo cuando estaban de pie como un pueblo unificado podían establecer un pacto con la Divinidad.

Las prácticas de Purim refuerzan esta lección de unidad como escudo contra las fuerzas que pretenden destruirnos. No es casualidad que lo celebremos no mediante una reflexión solitaria, sino mediante prácticas comunitarias que construyen activamente la conexión: el envío de regalos a los amigos, la caridad a los pobres, una comida festiva compartida con otros y la lectura pública del rollo de Ester. Cada una de estas prácticas refuerza los vínculos entre nosotros, transformando una conmemoración de la supervivencia en una celebración de la solidaridad.

Como sabiamente observó el rey Salomón: «Una cuerda triple no se rompe pronto» (Eclesiastés 4:12). Nuestra fuerza no reside en nuestros logros individuales, sino en nuestra unidad colectiva. Cuando permanecemos unidos -respetando nuestras diferencias y abrazando al mismo tiempo nuestro destino común- nos volvemos impermeables a los ataques de los amalecitas modernos.

Por tanto, el mensaje del Shabat Zajor no consiste simplemente en recordar a un antiguo enemigo, sino en comprender las condiciones que nos hacen vulnerables y las prácticas que nos hacen fuertes. En un mundo que a menudo da más importancia al individualismo que a la comunidad, Purim nos recuerda que nuestra mayor protección proviene de permanecer unidos, cuidarnos unos a otros y reconocer nuestro destino común.

Mientras nos preparamos para celebrar Purim, recordemos que la respuesta más eficaz a quienes pretenden dividirnos y destruirnos es profundizar nuestras conexiones mutuas. El impacto de la unidad reverbera mucho más allá de nuestras vidas individuales, creando un escudo que nos protege no sólo a nosotros mismos, sino a las generaciones venideras. En un mundo que a menudo hace hincapié en el individualismo, Purim nos recuerda que nuestra fuerza colectiva siempre ha sido nuestra mayor defensa contra quienes buscan nuestra destrucción.

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Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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