Tras matar a un capataz egipcio, Moisés huyó de Egipto y corrió a Madián, donde, según los sabios, vivió en el exilio durante 40 años. En Madián se casó con Séfora, hija del sacerdote madianita Jetro, también conocido como Reuel. Sus experiencias en Madián le transformaron en el mayor dirigente que ha conocido Israel: sacó a los hebreos de Egipto, dividió el Mar Rojo, actuó como intermediario para hacer descender la Torá del cielo y condujo a los Hijos de Israel por el desierto durante 40 años.
La nación de Madián descendía de Abraham. Tras la muerte de su esposa Sara, Abraham se casó con Cetura, que le dio seis hijos: Zimran, Jokshan, Medan, Madián, Ishbak y Shuah(Génesis 25:1-2). El cuarto hijo, Madián, tuvo cinco hijos: Efa, Efer, Hanok, Abida y Eldaa(Génesis 25:4; 1 Crónicas 1:33).
Es interesante observar que, a pesar de ser descrito como madianita en el Éxodo, en el Libro de los Jueces se hace referencia a Jetro dos veces como ceneo(1:16; 4:11). Algunos eruditos sugieren que ambos términos son sinónimos, mientras que otros creen que los ceneos eran una tribu o subconjunto de los madianitas. En cualquier caso, Jetro desempeñó un papel importante en la vida de Moisés como suegro, empleador y, más tarde, consejero. Además de asociar a Madián con los ceneos, Isaías 60:6 también relaciona los nombres de Madián, Efa y Sabá.
Los límites de la tierra de Madián son muy indefinidos, y la Biblia indica que estaba al este de Canaán. Muchos eruditos sitúan su ubicación en el noroeste de la península arábiga, en la orilla oriental del golfo de Aqaba, en el mar Rojo.
En la época en que Moisés huyó de Egipto, Madián se encontraba probablemente en la península del Sinaí y poseía cierto territorio al este del golfo de Aqaba. En aquella época, el monte Horeb, donde Moisés se encontró con la Zarza Ardiente, estaba situado en Madián. Más tarde, es posible que los madianitas habitaran la tierra entre Edom y Parán, camino de Egipto (I Reyes 11:18). En la época de los jueces, los madianitas parecen haberse situado más al norte, al este de Galaad.
Los mercaderes que sacaron a José de la fosa y lo vendieron a los ismaelitas eran madianitas.
Los hebreos se encontraron con los madianitas después de salir de Egipto, cuando Israel pasó por Moab, que limitaba con Madián. Después de que Balaam fracasara en su intento de maldecir a los israelitas, aconsejó con éxito a los madianitas que enviaran a sus hijas a seducir a los hombres israelitas, lo que hizo que una plaga golpeara a los israelitas. Una de las últimas órdenes que Moisés recibió de Dios fue la de «vengarse» de los madianitas(Números 31). Los Hijos de Israel mataron a todos los varones y a cinco reyes madianitas: Evi, Rekem, Zur, Hur y Reba. También mataron a Balaam. El pueblo perdonó a todas las mujeres, pero Moisés ordenó que sólo vivieran las solteras.
En la época de los jueces, Madián vuelve a asociarse con otros enemigos de Dios que intentaron derrocar a Israel(Jueces 6:1). Dios levantó al juez Gedeón para derrocar el yugo madianita que había oprimido a Israel durante siete años. Esta victoria sobre los madianitas en Jezreel fue conmemorada por el profeta Isaías.
A pesar de la enemistad divinamente subrayada entre Madián y los descendientes de Jacob, los descendientes de Jetro merecieron una porción de la tierra. Hasta el día de hoy, los drusos, que sirven con distinción en las FDI y han unido su destino al Israel moderno, afirman ser descendientes del madianita Jetro.
