La palabra hebrea para «camello» es gamal (גמל), que también significa «ser independiente». Tiene una gran importancia histórica, cultural y simbólica en la tradición judía. El nombre en sí tiene un profundo significado, pues refleja tanto las características del animal como su papel en la vida de los Patriarcas.
Los camellos son mamíferos con depósitos de grasa en el lomo denominados jorobas. Viven en climas desérticos y suelen utilizarse para transportar personas y mercancías. Ha habido camellos en la Tierra de Israel desde la época de los Patriarcas, como demuestra el versículo anterior, cuando el criado de Abraham toma «diez de los camellos de su amo» (Génesis 24:10) al partir en busca de esposa para Isaac.
Jacob ofrece a Esaú «30 camellas lecheras con sus potros» (Génesis 32:16) cuando se reencuentran tras el regreso de Jacob de Harán, y antes de que los hermanos vendan a José a Egipto «vieron una caravana de ismaelitas que venía de Gilad, sus camellos cargados de goma, bálsamo y ladano para llevarlos a Egipto» (Génesis 37:25).
Sin embargo, el camello se hizo popular en Israel durante el periodo de los Jueces, ¡y la Biblia recoge que al final de la vida de Job poseía seis mil camellos (Job 42:12)!
Encontramos el uso de esta palabra en diversos contextos: «El niño creció y fue ‘destetado’ (vayigamal)» (Génesis 21:8); «y dio a luz almendras» (vayigmol – es decir, ‘se independizó del tallo’; Números 17:23).
Según el rabino Natan Slifkin, conocido popularmente como el «rabino del zoo», el nombre hebreo del camello hace referencia a la capacidad del animal para sobrevivir sin agua hasta siete meses. Esto los hace especialmente aptos para su hábitat desértico.
Es apropiado que el camello independiente fuera el medio de transporte utilizado por el siervo de Abraham para traer de vuelta una esposa para Isaac, como se describe en el versículo anterior, ya que Rebeca tomó la decisión independiente de abandonar a su familia para unirse a Isaac en la Tierra de Israel.