Hoy, 29 del mes hebreo de Jeshvan, es Sigd, una fiesta exclusiva de los judíos etíopes de Beta Israel. Celebrada 50 días después del Yom Kippur (Día de la Expiación), Sigd es una palabra ge’ez/amárica que significa «postración» o «adoración».
¿Qué conmemora exactamente esta fiesta y cómo se celebra?
Sigd simboliza la aceptación de la Torá. Tradicionalmente, Beta Israel se purificaba bañándose en un río. Luego peregrinaban a la cima de una montaña, conmemorando ritualmente la entrega de la Torá en el monte Sinaí, donde leían la Torá. Durante la ceremonia, los miembros de la comunidad se arrodillaban, se inclinaban y dirigían las manos al cielo. A continuación, tocaban las trompetas y recitaban: «Así como hemos tenido la fortuna de celebrar la fiesta este año, que tengamos la fortuna de celebrarla en Jerusalén el año próximo». Recitaron una confesión de sus pecados, tras lo cual el Kes (rabino) dio una lección sobre la Torá. Luego participaban en una comida festiva.
La fiesta de Sigd, tal como se celebraba en Etiopía, no sólo conmemoraba la entrega de la Torá, sino que recordaba el anhelo de la comunidad judía etíope de regresar a Israel y vivir como judíos de pleno derecho en todos los sentidos de la palabra.
Hoy, la mayoría de la comunidad Beta Israel ha hecho aliá al Estado de Israel y su sueño de «el año que viene en Jerusalén» se ha materializado. ¡Los judíos etíopes celebran ahora el Sigd en el Muro Occidental! Los miembros de la comunidad ayunan, recitan Salmos y se reúnen en Jerusalén, donde los Kessim (hombres santos) leen el Orit (el Octateuco). Tras el ritual, se rompe el ayuno, se baila y hay jolgorio general.
Sigd es un día muy importante para la comunidad etíope, y en 2008 la Knesset lo reconoció oficialmente como tal, añadiendo la festividad de Sigd a la lista de fiestas oficiales del Estado. La fiesta sirve de reunión anual de toda la comunidad etíope y la consideran una oportunidad para reforzar su afinidad con su historia y su cultura.
El hecho de que Sigd se celebre el 29 de Jeshvan, 50 días después de Yom Kippur (Día de la Expiación), nos sirve a todos de importante lección. Yom Kippur es un día poderoso: un día en el que renovamos nuestro pacto con Dios y en el que recordamos lo que realmente importa en esta vida. Pero, por supuesto, con el paso del tiempo, la claridad de Yom K ippur empieza a desvanecerse. Por eso ahora, 50 días después de los momentos álgidos de Yom Kippur, nuestros hermanos etíopes nos recuerdan que hagamos una pausa, cerremos los ojos y recordemos cómo nos sentimos en ese día sagrado.
Ésta es una lección importante para todos los aspectos de nuestra vida. A veces tenemos momentos de inspiración, momentos de cercanía a Dios, momentos de claridad. Pero luego volvemos a nuestra vida habitual y esos momentos se desvanecen. Sigd nos enseña que no debemos dejar que esos momentos se pierdan en los asuntos de la vida cotidiana, sino que debemos hacer algo para asegurarnos de que perduren y dejen huella en nuestras vidas. Tómate tiempo de vez en cuando para reflexionar sobre esos momentos y asegurarte de que estás viviendo la vida que realmente quieres vivir.