Cuando Aarón y sus hijos fueron ungidos para empezar a servir en el Tabernáculo, ello transformó a sus descendientes para siempre, estableciéndolos como Kohanim (sacerdotes) y las únicas personas que realizarían el servicio del Templo.
Hay que señalar que, en un principio, los primogénitos fueron designados para el servicio del Templo, pues Dios los había librado del Ángel de la Muerte durante la última plaga en Egipto. Se volvieron indignos cuando participaron en el pecado del Becerro de Oro y la tribu de Leví, que no participó en el pecado, ocupó su lugar.
Aunque tanto Aarón como Moisés pertenecían a la tribu de Leví, fueron Aarón y sus descendientes los elegidos para ser los sacerdotes. Parece mucho más razonable que Moisés (y sus descendientes) hubieran sido ungidos como sacerdotes, sobre todo teniendo en cuenta el papel de Aarón en el pecado del Becerro de Oro. Irónicamente, parece que fue este mismo acontecimiento en el que Aarón desempeñó un papel clave el que le estableció como Sumo Sacerdote(Éxodo 32:1).
Un comentarista explica que, si bien Moisés estaba más cerca de Dios, Aarón estaba más cerca del pueblo. De hecho, el Midrash lo describe como un amante y perseguidor de la paz, que amaba al pueblo y lo acercaba a Dios. Esta conexión con el pueblo era necesaria para que el sacerdote sirviera de intermediario entre la nación y Dios. En lugar de rechazar a los pecadores, el sacerdote les ayudaba a conectar con Dios.
También es interesante observar que, además de su papel con el Becerro de Oro, Aarón pecó una vez más, uniéndose a su hermana Miriam para hablar calumniosamente de Séfora, la esposa de Moisés. Por ello, Miriam fue golpeada con tzaraat (lepra). Algunos comentaristas sugieren que Aarón se salvó porque la enfermedad le habría vuelto impuro e incapaz de realizar el servicio sacerdotal.
No todos estaban convencidos de que Aarón debiera servir como Sumo Sacerdote. 250 miembros destacados de la congregación se unieron a Coré para impugnar el nombramiento de Aarón(Números 16). La Biblia de Israel explica su demanda:
Koraj se rebela contra sus primos Moshé y Aharón, acusándoles de tomar para sí posiciones de poder. Declara que toda la Nación de Israel es santa y, por tanto, cuestiona por qué Moshé y Aharón se han elevado por encima del resto de la congregación. Al hacer esta afirmación, Koraj no sólo da a entender que Moshé y Aharón eligieron inapropiadamente los puestos de liderazgo para sí mismos, negando así el papel de Hashemen su nombramiento. También afirma erróneamente que todos los individuos de la nación están en el mismo nivel de santidad. Si bien es cierto que todo el mundo está dotado de un elemento de santidad, depende de cada persona elevarse a niveles de santidad aún mayores. Por tanto, el grado exacto de santidad de una persona depende de sus logros individuales.
La respuesta de Moisés fue de naturaleza práctica; los rebeldes debían realizar el servicio del incienso y esperar la respuesta de Dios. Su destrucción fue una clara indicación de que el nombramiento de Aarón era un mandato divino.

Moisés, profeta y emisario de Dios, desempeñó el papel de sacerdote durante una semana para ungir a su hermano Aarón. Un midrash nos cuenta que, durante los siete días en que Moisés estuvo junto a la zarza ardiente, suplicó a Dios que enviara a otra persona (lo que sabemos por el texto de la Torá). Al final del midrash, Dios informa a Moisés de que, debido a su falta de voluntad para asumir la tarea durante esos siete días, no se le permitirá ascender al sacerdocio. El midrash explica que Moisés era reacio a asumir el papel de líder porque le preocupaba que su hermano mayor sintiera celos de que su hermano menor fuera elegido líder del pueblo. Dios aseguró a Moisés que Aarón se alegraría de ver a su hermano menor desempeñando este papel; y, en efecto, así fue. Por ello Aarón fue recompensado. Como afirma el Midrash, «que el mismo corazón que se alegró de la grandeza de su hermano [have] piedras preciosas (el pectoral sacerdotal) engastadas en él».
Cuando llegó el momento de comenzar el servicio del Templo, Aarón se opuso, diciendo a Moisés que era él quien se había ganado el derecho a servir. Por esta razón, Dios tuvo que ordenar a Moisés que llamara a Aarón y a sus hijos para ser ungidos el octavo día(Levítico 9:1).

En cierto sentido, el ascenso de Aarón al sacerdocio de manos de su hermano fue un tikkun (arreglo). Aarón era, después de todo, el hijo primogénito, representando, por así decirlo, a todos los primogénitos que deberían haber servido en el Templo.
El nombramiento de Aarón como Sumo Sacerdote también fue muy distinto al de los patriarcas, que fueron elegidos por encima de sus hermanos mayores. El hecho de que Moisés dimitiera, se quitara los ornamentos sacerdotales y se los pusiera a su hermano no se parecía en nada a la relación entre Isaac e Ismael o Jacob y Esaú.
Era este ideal de amor fraternal el que se erigiría en el centro de la congregación y del Templo de Jerusalén. Cuando este ideal fue destruido por el pecado del odio infundado, el Templo fue destruido.
Los levitas, y su subclan, los kohanim, merecieron la gloria del servicio del Templo. Todo ello se debió a las cualidades únicas de sus antepasados, Moisés y Aarón, que personificaban el amor fraternal, el amor a Israel y la humildad.