El concepto de comprender al Todopoderoso ha desconcertado a la humanidad durante siglos.
Zofar cuestiona la insistencia de Job en que es inocente, sugiriendo que quizá Job no sea tan puro como él cree, pues el hombre no puede comprender la mente de Dios ni sus deseos sobre nosotros. Incluso a Moisés, el mayor profeta de todos los tiempos, se le negó su petición de comprender plenamente los caminos de Dios.
Tras el pecado del becerro de oro, Moisés reza por el pueblo y busca la cercanía de Dios. Sintiendo que éste era un tiempo de misericordia, suplica a Hashem que le permita comprender Sus caminos, y le pide: «Déjame contemplar Tu presencia» (Éxodo 33:18). La respuesta de Dios, sin embargo, es: «No puedes ver Mi rostro, pues el hombre no puede verme y vivir» (ibid. versículo 20). Los Sabios entienden esta petición de ver el rostro de Dios como una metáfora de la súplica de Moisés de comprender a Dios. De hecho, los Sabios del Talmud (Berajot 7a) sugieren que Moisés buscaba específicamente la respuesta a la cuestión de la teodicea, preguntándose por qué a la gente buena le ocurren cosas malas y viceversa.
Ésta es, en efecto, la pregunta que inquieta a Job a lo largo de su libro, y que sigue inquietándonos a nosotros por toda la eternidad. Sin embargo, como se le dice a Moisés, no podemos comprender los caminos de Dios y quizá nunca entendamos la respuesta a esta pregunta mientras vivamos.
Contexto histórico y reflexiones filosóficas
A lo largo de la historia judía, muchos eruditos han lidiado con el misterio del Todopoderoso. El Talmud, el Midrash y diversos escritos rabínicos reflexionan a menudo sobre la limitada capacidad humana para comprender la justicia divina. Por ejemplo, la historia de Rabí Akiva, que mantuvo su fe a pesar de presenciar acontecimientos trágicos, ilustra la resistencia necesaria para confiar en el plan supremo de Dios. Estas narraciones subrayan la importancia de la fe y la perseverancia, incluso cuando las acciones divinas parecen insondables.
Reflexiones contemporáneas
En tiempos de crisis, como la actual pandemia mundial y el malestar social generalizado, estas antiguas preguntas adquieren una nueva urgencia. Puede que no entendamos por qué nos enfrentamos a tales desafíos, pero la sabiduría judía nos anima a ver estas luchas como oportunidades de crecimiento y fortalecimiento espiritual. La idea es que, al soportar las dificultades, nos hacemos más merecedores de las bendiciones de Dios.
Teodicea e interpretaciones modernas
La teodicea, o reivindicación de la bondad divina a pesar de la existencia del mal, sigue siendo un tema central. Los eruditos y teólogos modernos siguen explorando este concepto, a menudo integrando ideas de la ciencia, la filosofía y la psicología. Estos enfoques interdisciplinarios pretenden proporcionar una comprensión más holística del sufrimiento y de la voluntad divina. Aunque las respuestas sigan siendo elusivas, la propia búsqueda profundiza nuestra fe y comprensión.
Aplicaciones prácticas en la fe
Comprender los límites de la comprensión humana puede orientar nuestra forma de abordar la fe en la vida cotidiana. Reconocer que algunas preguntas pueden quedar sin respuesta permite a los creyentes centrarse en la confianza y la acción. Comprometerse con las mitzvot (mandamientos), la oración y el apoyo comunitario son formas de reforzar la fe en tiempos de incertidumbre. Al hacerlo, las personas pueden encontrar consuelo y propósito, sabiendo que sus esfuerzos contribuyen a un plan divino mayor.