La porción de la Torá de Bo(Éxodo 10:1-13:16) relata las tres últimas plagas que cayeron sobre los egipcios antes del Éxodo de Egipto. La Torá señala que durante la novena plaga de oscuridad, mientras los egipcios no podían verse unos a otros ni moverse, «todos los israelitas gozaban de luz en sus moradas»(Éxodo 10:23). Este contraste entre la luz y la oscuridad sirve de poderosa metáfora de la lucha perdurable entre el bien y el mal que resuena a lo largo de la historia judía y hasta nuestros días.
El simbolismo de la luz en la tradición judía
En la tradición judía, la luz es un símbolo de sabiduría, bondad y presencia divina. A menudo se considera a la nación de Israel como un faro de luz, encargada de la misión sagrada de iluminar el mundo con los principios de la ética, la moral y el monoteísmo. Esta idea está encapsulada en la profecía de Isaías(49:6), donde se encarga a Israel que sea «una luz para las naciones». El diseño de las ventanas del Templo, construidas para proyectar luz hacia el exterior, subraya aún más esta misión. Israel no está destinado a regodearse en su propia luz espiritual, sino que está llamado a compartir esta luz con el mundo, sirviendo como emisario de Dios.
La batalla continua entre la luz y las tinieblas
La lucha entre la luz y las tinieblas no es sólo un concepto histórico o teológico, sino que encuentra su reflejo en el mundo contemporáneo. El actual conflicto de Israel con Hamás es otra manifestación de la eterna lucha entre el bien y el mal. El aumento del antisemitismo y de las protestas antiisraelíes en todo el mundo, especialmente frecuentes en los campus universitarios, es otra manifestación de esta misma lucha. Representan la propagación de la oscuridad, la antítesis de la luz que Israel se esfuerza por proyectar.
El papel de Israel en la disipación de la oscuridad
Ante estos retos, el mensaje de Bo cobra especial relevancia. Al igual que los israelitas mantuvieron la luz en sus moradas en medio de la oscuridad egipcia, el Israel contemporáneo sigue siendo una fuente de luz en un mundo a menudo envuelto en tinieblas. Este papel implica no sólo defenderse de las amenazas físicas, sino también combatir la oscuridad ideológica y moral. Significa seguir defendiendo y difundiendo los valores de la justicia, la paz y el monoteísmo ético.
Precedente histórico y esperanza futura
La historia es testigo del triunfo de la luz sobre la oscuridad. El pueblo judío se ha enfrentado a enemigos formidables en el pasado, desde los egipcios hasta los griegos y, más recientemente, los nazis, y ha prevalecido. Estas victorias históricas fueron triunfos morales y espirituales. Refuerzan la creencia de que la luz, por tenue que sea, nunca puede ser extinguida por la oscuridad.
La lucha entre la luz y las tinieblas, simbolizada por la plaga de las tinieblas y manifestada en nuestros desafíos contemporáneos, es permanente. Sin embargo, el mensaje perdurable de la Torá, así como la historia del pueblo judío, ofrecen esperanza. Al igual que la luz prevaleció en las moradas de Israel en medio de la oscuridad egipcia, así también la luz de Israel seguirá brillando, difundiendo sus mensajes de ética y moralidad. Israel, como país y como pueblo, se mantiene firme en su misión de difundir la oscuridad con luz, llevando adelante el encargo divino de ser una luz para las naciones. Esta misión trasciende el tiempo y las circunstancias, y resuena con la misma fuerza hoy que en los tiempos del Templo. Al afrontar los retos contemporáneos, ya sea contra fuerzas como Hamás o combatiendo el auge del antisemitismo, esta misión sigue siendo crucial. La batalla de la luz contra la oscuridad no es sólo una lucha física; es un viaje moral y espiritual.
Al reflexionar sobre la situación actual y las luchas históricas del pueblo judío, queda claro que la luz siempre ha encontrado la forma de brillar a través de la oscuridad. Esto no es sólo una promesa para el futuro, sino una llamada a la acción en el presente. Cada acto de bondad, cada postura contra la injusticia y cada compromiso con las enseñanzas éticas de nuestra tradición aumentan el brillo de esta luz. Esto es cierto no sólo para el pueblo judío, sino para cualquiera que comparta nuestros valores judeocristianos. Ha llegado el momento de apoyar a Israel.
Al continuar este viaje, llevamos la esperanza y la promesa de que, en última instancia, la luz prevalecerá sobre las tinieblas, y la paz y la justicia reinarán en el mundo.
