Los mayores servirán a los jóvenes

noviembre 5, 2021
Sibling rivalry|A Jewish father with his two sons at the Western Wall (Shutterstock)

Tras años de infertilidad e innumerables oraciones de corazón, Rebeca concibe por fin. Por muy agradecida que se sintiera por haber sido bendecida con la gestación de un hijo, los dolores del embarazo le resultan difíciles de soportar y va a preguntar a Dios por qué sufre tanto. Dios le dice que no lleva uno, sino dos hijos, cada uno de los cuales será padre de una gran nación. Concluye la profecía con la sorprendente observación: «Un pueblo será más poderoso que el otro, y el mayor servirá al menor».

Especialmente en una época en la que la primogenitura, que daba al hijo mayor el derecho a heredar, era la norma aceptada, esta afirmación de que el mayor serviría al menor resulta sorprendente. De hecho, dar precedencia al primogénito estaba tan arraigado en la sociedad de la época que, cuando Labán engañó a Jacob para que se casara con Lea, a pesar de que había trabajado durante siete años para poder casarse con Raquel, Labán explica su comportamiento diciendo: «No es costumbre en nuestro lugar casar al menor antes que al mayor» (Génesis 29:26).

No sólo se practicaba la primogenitura en la sociedad en general, sino que la propia Torá ordena que el hijo primogénito reciba una parte doble de la herencia (véase Deuteronomio 21:17). Dado que el primogénito parece tener un estatus único, ¿cuál es entonces el mensaje de «el mayor servirá al menor»?

La cuestión cobra aún más fuerza si tenemos en cuenta que éste no es el único ejemplo en la Biblia de un hijo menor que tiene precedencia sobre el mayor. En la Biblia en general, y especialmente en el libro del Génesis, el hijo menor es presentado repetidamente como el hermano más digno y divinamente elegido. Por ejemplo, Dios presta atención a la ofrenda de Abel, pero no a la de Caín (Génesis 4:4-5). Ismael es expulsado de la casa, mientras que Isaac se convierte en el hijo elegido para llevar a cabo la misión de Abraham (Génesis 21:12). Jacob favorece a José por encima de todos los demás hermanos, y Moisés es elegido para ser el máximo dirigente del pueblo judío por encima de su hermano mayor Aarón.

El mensaje que la Biblia trata de enseñarnos es que, aunque es cierto que al primogénito se le suele dar más responsabilidad y, por tanto, requiere una mayor porción de la herencia conocida como la Primogenitura, no es el orden de nacimiento por sí solo lo que determina la grandeza de una persona. En cambio, es la adhesión a Dios y el comportamiento ético lo que, en última instancia, conduce al éxito de una persona.

Los gemelos de Rebeca no podían ser más diferentes entre sí. Esaú era rudo, un hábil cazador que pasaba la mayor parte del tiempo al aire libre, mientras que Jacob era meditabundo y de modales suaves y prefería habitar en tiendas. El comentarista bíblico Rashi enseña que cuando la Biblia dice que Esaú era un hábil cazador, significa que sabía cómo engañar a su padre haciéndole creer que seguía el camino de Abraham e Isaac, mientras que en realidad perseguía la idolatría y otras formas de comportamiento inapropiado. Incluso sus esposas fueron una fuente de amargura para sus padres (Génesis 26:35). Jacob, aunque era más joven, demostró ser el digno de llevar a cabo la santa misión de Dios mediante su comportamiento y su devoción a Dios.

De hecho, fueron las diferencias entre Jacob y Esaú las que provocaron tensiones entre ambos, que comenzaron ya en el útero. El dolor y el sufrimiento de Rebeca, por los que fue a buscar a Dios, eran consecuencia de que los dos niños luchaban en el útero (25:22). Según los Sabios, la idea de que los dos luchaban alude al hecho de que cuando ella pasaba por una sala de estudio de la Torá, Jacob luchaba por salir, y cuando pasaba por un lugar de culto de ídolos, Esaú luchaba por salir. Al decirle a Rebeca que sufría a causa de las diferencias y luchas entre los dos hijos que llevaba en su vientre, pero que en última instancia el mayor serviría al menor, Dios le estaba enseñando una importante lección. Con Sus palabras, estaba echando por tierra la idea de que es el hermano mayor quien tiene necesariamente el poder por el hecho de haber nacido primero. En última instancia, el que saldrá vencedor será el que permanezca fiel a Dios, a Sus enseñanzas y a Sus valores.

Esto es cierto no sólo para los individuos, sino también para las naciones y los países. De hecho, cuando Dios le dice a Rebeca que el mayor servirá al menor, lo hace en el contexto de las grandes naciones en que se van a convertir. La nación de Israel desciende del hijo menor, Jacob, y está destinada a salir adelante.

Del mismo modo, aunque la Nación de Israel es tan antigua como Abraham, Isaac y Jacob, el Estado moderno de Israel es muy joven. Y, sin embargo, se ha convertido rápidamente en un líder mundial en muchas áreas, como el éxito militar, la agricultura, la «tecnología limpia» medioambiental y la economía.

Cuando se trata del éxito, no confíes en tu edad, tu año de nacimiento o tu estatus. En lugar de eso, pon tu confianza en Dios y sé lo mejor que puedas ser.

Rabbi Tuly Weisz

Rabbi Tuly Weisz is the founder of Israel365 and the editor of “The Israel Bible,” the first Bible dedicated to highlighting the relationship between the Land and the People of Israel. Rabbi Tuly is a columnist for Israel365news, the Jerusalem Post, Fox News and Newsmax who writes passionately about Israel, the Bible and Jewish-Christian relations. In addition to his writings, Rabbi Tuly has appeared alongside Alan Dershowitz on ILTV, on CBN’s “700 Club”, Daystar, Israel National News, TBN and numerous other television appearances. Rabbi Weisz attended Yeshiva University (BA), Rabbi Isaac Elchanan Theological Seminary (Rabbinic Ordination) and the Benjamin Cardozo School of Law (JD) and served as the Rabbi of the Beth Jacob Congregation in Columbus, Ohio before making Aliyah to Israel. Rabbi Tuly lives with his wife and is blessed with 6 children and lives in Ramat Beit Shemesh, Israel.

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