El Día del Padre es una deliciosa mezcla de fiesta laica y religiosa, que combina el consumismo con el mandato bíblico de «Honra a tu padre». Pero, ¿se amplifica artificialmente? ¿Son los padres realmente tan importantes? Está claro que las madres son necesarias para criar a un bebé, pero la contribución de la mayoría de los padres suele limitarse al pañal ocasional. Si el padre está ausente, la madre tiene que trabajar más, pero no es insustituible.
¿O no?
Esta pregunta es de vital importancia en nuestra sociedad moderna. Según un estudio reciente, alrededor del 25% de los niños estadounidenses crecen en familias monoparentales, y más del 80% de ellos son criados por sus madres solas, y la tendencia va en aumento. La falta de un padre se ha relacionado con muchos problemas sociales, como el abuso de drogas y alcohol, el fracaso escolar y el encarcelamiento. En 2018, la tasa de pobreza de las familias monomarentales era del 34%, casi cinco veces más que la tasa del 6% de las familias formadas por una pareja casada.
En la historia bíblica de Esaú y Jacob, los papeles fundamentales de la madre y el padre se desarrollan con gran dramatismo. Cada uno de estos jóvenes luchó, aunque de formas radicalmente distintas. Esaú se convirtió en un hombre de asesinato, adulterio e idolatría, mientras que Jacob luchó por defenderse, prefiriendo huir de los conflictos en lugar de defender sus creencias (sólo de adulto, mucho más tarde en su vida, Jacob encontró finalmente la fuerza para luchar con el ángel). ¿Cómo ocurrió esto? ¿Qué salió mal? ¿Qué llevó a Esaú a rechazar el camino sagrado de sus padres? ¿Y por qué Jacob carecía de fuerzas para luchar?
La raíz de estas luchas puede entenderse a través de la relación de los hermanos con sus padres:
Isaac amaba a Esaú porque éste le honraba trayéndole manjares. Parece que el amor de Isaac por Esaú era condicional, y ahí radicaba el problema. Esaú sintió que el amor condicional de su padre podía desaparecer si no le honraba debidamente. Al carecer del amor incondicional que necesitaba de su madre, Esaú empezó a sentir resentimiento hacia ellos y, en última instancia, rechazó su camino de santidad. Sin amor incondicional, un niño no tiene base para un fundamento emocional sano.
Jacob experimentó el problema opuesto. «Rebeca amaba a Jacob»; Jacob recibió amor incondicional de su madre, ¡un amor que no tuvo que hacer nada para ganarse! Al mismo tiempo, parece que carecía del amor condicional de su padre, Isaac, que estaba más centrado en su hermano Esaú. El amor condicional de un padre es fundamental, pues las expectativas que un padre tiene de su hijo empujan a éste a hacerse fuerte e independiente. Sin el amor condicional y las expectativas de su padre, Jacob luchó por hacerse valer e independizarse, prefiriendo evitar a toda costa el conflicto con los demás.
Los padres representan el amor condicional : el amor que espera grandes cosas de sus hijos y les empuja a tener éxito. Aunque el amor incondicional de una madre es más importante para los niños pequeños, el amor condicional de un padre proporciona a sus hijos las herramientas y la confianza en sí mismos que necesitan para convertirse en adultos felices, sanos e independientes.
Cuando dos terroristas palestinos asesinaron brutalmente a tres hombres israelíes -Yonatan Havakuk (44), Boaz Gol (49) y Oren Ben Yiftah (35)- el 5 de mayo de 2022, 16 niños judíos se quedaron sin padre. Esta pérdida horrible y sin sentido dejará una cicatriz para las generaciones venideras. Estos niños necesitan nuestro apoyo para ayudarles a superar esta increíble pérdida.
