Shalom (שלום), traducida aquí como «bienestar», es la primera palabra hebrea que aprende mucha gente. En realidad tiene tres significados: ‘hola’, ‘adiós’ y ‘paz’. Es la palabra con la que se saludan los amigos, pero Shalom es más que un saludo; es también una bendición. La paz es el don más importante que podemos pedir a Dios, a nivel individual, como familias y entre naciones. Por eso es de suma importancia que la ciudad más sagrada del mundo, Jerusalén / Yerushalayim (ירושלים), tenga la palabra Shalom en su núcleo, porque está destinada a ser la fuente de toda paz en la tierra. El rey David estableció Jerusalén como capital de su reino y fue la ciudad donde su hijo Salomón construyó el Primer Templo. Sin embargo, tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., se luchó por ella durante muchos siglos. Cristianos y musulmanes atacaron las murallas de la Ciudad Vieja, y se atacaron entre sí, en la Antigüedad. Y en la época moderna, Jerusalén fue dividida con alambre de espino en medio de la ciudad santa. Sin embargo, milagrosamente, en el siglo pasado, Jerusalén fue finalmente unida y puesta de nuevo bajo dominio judío en 1967.

Desde entonces, la ciudad ha prosperado. Jerusalén ha sido reconstruida y judíos de todo el mundo se han trasladado allí para criar a sus familias. También los no judíos han acudido a Jerusalén en peregrinación, asombrados por los grandes logros de Dios. Sin duda, sigue habiendo muchos problemas que entristecen a quienes amamos Jerusalén. Hay una gran pobreza en la ciudad y muchos jerosolimitanos luchan por alimentar a sus familias. Por desgracia, sigue habiendo ataques terroristas ocasionales por parte de quienes niegan a los judíos la legítima reivindicación bíblica de la ciudad. Y, por último, los judíos siguen sin poder rezar en el Monte del Templo, el lugar donde estuvieron los Templos y el lugar más sagrado del judaísmo. Recordamos que sólo hay un lugar por el que Dios pide oraciones, y es la ciudad de Jerusalén. Rezamos por el día en que venga el Mesías y todas las naciones acudan en paz a rezar a Jerusalén, la ciudad de la paz, pues cuando Jerusalén se enfrenta a un conflicto, el mundo entero sufre, pero cuando hay armonía en Jerusalén, ésta emanará hacia el resto del mundo.