El comunismo no empezó con Karl Marx. En realidad empezó hace 3.500 años con un hombre distinto: Coré.
Coré era el israelita vivo más rico cuando Dios sacó a los Hijos de Israel de Egipto. Pertenecía a la tribu de Leví, por lo que nunca fue esclavizado por los egipcios. De hecho, nuestra tradición enseña que alcanzó su fortuna fabricando y vendiendo ladrillos a los judíos que estaban esclavizados.
Coré hace su aparición en la Biblia agitando una pequeña revolución y quejándose a Moisés: «¿Qué te hace pensar que eres tan santo que puedes gobernar a los Hijos de Israel? Todo el mundo es santo!»(Números 16:3)
Parece una queja legítima. ¿No son todos los hombres creados iguales?
Entonces, ¿cuál es el problema de la queja de Coré? ¿En qué se equivocó Coré?
El problema con Coré es que realmente no le importaba la igualdad. En realidad no era un idealista que luchaba por los derechos del pueblo. Todo eso era una fachada. Su verdadera motivación eran los celos, pura y simplemente. Esperaba deshacerse de Moisés y convertirse en el líder del pueblo de Israel. Sus argumentos a favor de la «igualdad» no eran más que una forma de manipular a la gente para que le siguiera. ¡Eso es comunismo!
¿Recuerdas el libro de George Orwell Rebelión en la granja? Era la parábola perfecta del comunismo. Los cerdos tenían una frase famosa «Todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros».
Rebelión en la granja retrata brillantemente la forma en que la gente malvada utiliza argumentos «justos» como forma de hacerse con el poder. Los cerdos de la historia sabían exactamente lo que hacían. Tergiversaban la verdad para robar poder y dominar a los demás.
La historia de Coré es una advertencia increíblemente importante para nuestra generación. Lamentablemente, muchos políticos exigen «justicia» e «igualdad» para todos, cuando lo que realmente quieren es poder para sí mismos y para sus amigos. Sus argumentos altisonantes ocultan sus verdaderas intenciones.
Aunque los políticos sean nuevos, sus tácticas no lo son. Coré y los comunistas ya lo intentaron antes. ¡Y es nuestro trabajo denunciar la verdad!