Pito, pito, pito, pito… ¿Cómo eliges TÚ cuando tienes que tomar una decisión? ¿Lanzas una moneda al aire? A veces es difícil tomar decisiones triviales. ¿Y las realmente importantes, como quién guiará a los judíos a la Tierra Prometida?
Doce espías fueron a Israel, todos ellos príncipes y hombres de prestigio. Diez de ellos fracasaron, hablando mal de la tierra prometida. Pero dos, Josué y Caleb, permanecieron fieles a la misión. Fueron los dos únicos espías que se enfrentaron a los demás y defendieron a Dios y la Tierra de Israel. Los otros diez murieron en el desierto sin volver a ver la Tierra Santa, y de toda la generación sólo quedaron Caleb y Josué. Ni siquiera Moisés y Aarón cruzaron el Jordán.
Así que, cuando llegó el momento de elegir a un líder que llevara a la nación a la tierra, la cuestión era a quién elegir. Ambos hombres eran íntegros, y ambos defendían a Dios y a la Tierra de Israel.
Como todos sabemos, Dios eligió a Josué y no a Caleb. Pero, ¿por qué? ¿Qué tenía Josué de especial que le convertía en el sustituto adecuado?
Josué y Caleb eran personas diferentes, con estilos y métodos distintos. Josué era una entidad conocida, el leal siervo de Moisés que creció en su tienda. Moisés le bendijo antes de la misión de los espías, mientras que Caleb permaneció sin ser bendecido. Caleb, en cambio, era aparentemente más reservado. Según los sabios, durante la misión de los espías fue él solo a la Cueva de los Patriarcas para rezar en su nombre. Pero Caleb habló sin vacilar contra los demás, utilizando un lenguaje sencillo y respondiendo a los largos razonamientos de la élite malvada diciendo: «Subamos». En este contexto, la Torá describe a Caleb como alguien con un «espíritu diferente»(Números 14:24).
El término «espíritu» también se utiliza para describir a Josué. Cuando llegó el momento de elegir un nuevo líder, Moisés acudió a Dios en busca de ayuda:
El comentarista bíblico Rashi explica el significado interno de esta petición:
«Maestro del universo», rezó Moisés. «El carácter de cada persona te es revelado, y no hay dos iguales. Designa sobre ellos a un líder que tolere a cada persona según su carácter individual».
Dios le responde diciéndole que nombre a Josué porque era «un hombre inspirado» y un «hombre de espíritu», utilizando los mismos términos que Moisés había empleado en su petición.
Rashi explicó que Dios le estaba diciendo a Moisés que un verdadero líder tendría que tratar a cada persona según su carácter individual.
Aunque ambos hombres tenían claramente «espíritu», sólo un tipo de espíritu podía dirigir la nación. El enfoque asertivo de Caleb es útil en las cruzadas individuales, pero no siempre es eficaz para persuadir a los demás. Como solitario, Caleb tendría dificultades para reunir a la gente a su alrededor. El espíritu de Caleb le permitía resistir, seguir siendo diferente, pero también le dejaba demasiado alejado de los demás para ser un líder. Josué, en cambio, comprendía el funcionamiento interno de cada persona y podía relacionarse con cada individuo.
Un líder no puede mantenerse al margen. Tiene que estar intrínsecamente conectado a la nación. Un líder debe ser alguien que pueda relacionarse con el pueblo y alguien con quien el pueblo pueda relacionarse. Debe ser capaz de enfrentarse a ellos y redirigirlos cuando sea necesario, pero también de comprenderlos a ellos y a todas sus necesidades. Por esta razón, Josué y no Caleb fue elegido para ser el líder de la nación de Israel tras la muerte de Moisés.
