Vivimos tiempos proféticos. Durante casi 2.000 años, las profecías que predecían el retorno del pueblo judío a la tierra de Israel no fueron más que un sueño. Pero en 1948 se restableció la patria judía en la tierra de Israel. Israel tiene una economía próspera, y judíos de los cuatro puntos cardinales han regresado a la tierra, cumpliendo las profecías bíblicas del retorno de los exiliados.
Guerra de Gog y Magog
La guerra profética de Gog y Magog, descrita en Ezequiel 38-39, ha cautivado la imaginación de muchos a lo largo de los siglos. Esta batalla bíblicamente predicha imagina a Gog, de la tierra de Magog, y a una coalición de naciones, alzándose contra Israel en un momento en que el pueblo judío ha regresado del exilio y vive en su tierra en paz y seguridad(Ezequiel 38:8).
Predice una inmensa batalla que culminará con la victoria de Dios sobre las fuerzas de Gog, seguida de una aceptación mundial de la autoridad suprema de Dios(Ezequiel 38:23). Termina con la promesa divina de que Dios no volverá a ocultar Su rostro a Israel y, en cambio, derramará Su espíritu santo sobre Su nación elegida(Ezequiel 39:29).
La guerra de Gog y Magog ha llegado a entenderse como esencial para la visión judía del fin de los días, una batalla final entre el bien y el mal que dará paso a un periodo de paz eterna. Como escribe Maimónides: «La simple interpretación de las palabras de los profetas parece implicar que la guerra de Gog y Magog tendrá lugar al principio de la era mesiánica».
Guerra contra Hamás
¿Es también la guerra actual entre Israel y Hamás un cumplimiento de la profecía bíblica? ¿Es la guerra bíblicamente predicha de Dios y Magog?
El bárbaro asalto no provocado de Hamás el 7 de octubre refleja las fases iniciales de la guerra de Gog y Magog descrita en Ezequiel: un ataque a Israel en un momento en que ha regresado del exilio y se ha asentado pacíficamente en su patria.
La visión de Ezequiel es la de un enemigo que invade Israel por pura malicia, viendo la prosperidad de Israel como una provocación. Dios asegura la destrucción de estos agresores, lo que conduce a la santificación de Su nombre en todo el mundo. Del mismo modo, el ataque de Hamás fue provocado simplemente por la existencia de Israel; no pueden soportar ver prosperar a Israel. Están dispuestos a arriesgarlo todo para verla caer, a pesar del deseo de paz de Israel. Israel está librando una batalla del bien contra el mal y, como Dios promete en la Biblia, no permitirá la destrucción de Israel.
Además, el apoyo de Irán a Hamás recuerda la alianza bíblica de Persia con Gog(Ezequiel 38:5), aunque algunas de las otras naciones especificadas en la profecía no parecen desempeñar un papel en el conflicto actual, como Kush (Etiopía) y Togarman (según algunos, Alemania). Además, los sabios dicen que la guerra de Gog y Magog comenzará en el mes hebreo de Tishrei, concretamente el último día de la festividad de Sucot (Fiesta de los Tabernáculos) conocida como Hoshana Rabbah. La guerra actual comenzó al día siguiente.
¿Es la guerra actual con Hamás la guerra de Gog y Magog? No podemos afirmarlo con seguridad. Ciertamente tiene ecos de la narración bíblica, aunque no se ajusta a la descripción bíblica en todos sus detalles. Pero aunque no coincida exactamente con todos los detalles de la batalla física librada en la profecía de Ezequiel, sí pone de manifiesto cómo puede librarse en la actualidad la batalla espiritual de Gog y Magog.
Guerra espiritual de Gog y Magog
No sólo se supone que la guerra de Gog y Magog comienza en Sucot, sino que leemos los capítulos de Ezequiel que describen la guerra de Gog y Magog todos los años en la festividad. El rabino Samson Raphael Hirsch explica la relación entre la fiesta de Sucot y la guerra de Gog y Magog. El nombre Gog está relacionado con la palabra hebrea gag, que significa techo. Gog representa el «tejado», símbolo de la falsa sensación de independencia del hombre respecto a Dios. Por el contrario, la sucá, la vivienda temporal que se habita en la fiesta de Sucot, simboliza nuestra dependencia de Dios. Abandonamos nuestros robustos hogares y habitamos en endebles chozas para recordar que Dios es quien nos protege. Él dirige el mundo y nosotros dependemos de Él. Así pues, Gog simboliza el rechazo de la autoridad divina, mientras que la observancia judía representa el reconocimiento de la dependencia divina: ésta es la lucha espiritual que subyace a la batalla física de Gog y Magog, y ésta es la razón por la que a la victoria sobre Gog seguirá un reconocimiento universal del Dios de Israel.
¿Qué podemos hacer?
Los sabios nos enseñan que el Mesías aparecerá en un momento predeterminado, o antes si lo merece. En consecuencia, la guerra física de Gog y Magog no es el único escenario para la llegada del Mesías. Si hacemos las cosas bien, no necesitaremos en absoluto la guerra de Gog y Magog, y la devastación que conlleva. Pero la batalla espiritual debe librarse para que venga el Mesías.
¿Qué podemos hacer?
Como hemos explicado, la llegada de la era mesiánica seguirá a la victoria de los que reconocen la soberanía de Dios en este mundo sobre los que la niegan. Por tanto, podemos acelerar la venida del Mesías, y evitar potencialmente los terribles acontecimientos de Gog y Magog, oponiéndonos a los que rechazan a Dios y apoyando a los que creen en Él. Si conseguimos dar a conocer la soberanía de Dios en el mundo y ganar la guerra espiritual de Gog y Magog, podríamos incluso evitar la devastación de la guerra de Gog y Magog predicha por los profetas, haciendo innecesaria la batalla física.
El conflicto actual, con sus ecos de la narración bíblica, invita tanto a la reflexión como a la acción. Aunque no se corresponda exactamente con la visión de Ezequiel, sin duda ilustra cómo puede manifestarse la batalla de Gog y Magog en el mundo actual. Y nos recuerda que apoyando a Israel, levantándonos y hablando contra el mal y promoviendo el reconocimiento de Dios, podemos ayudar a ganar la batalla y allanar el camino hacia la paz y la era mesiánica.
Sólo el tiempo dirá si la guerra actual entre Israel y Hamás es la guerra bíblica de Gog y Magog. Mientras tanto, es nuestro trabajo asegurarnos de que estamos en el lado correcto del conflicto, y hacer lo que podamos para asegurarnos de que ésta será la guerra final librada antes de la llegada del Mesías.