El poder de las lágrimas de Raquel

agosto 13, 2024
Praying at the Western Wall

Tisha B’Av, el noveno día de Av, marca el día más triste de la historia judía. Desde la destrucción de los dos Templos hasta tragedias más recientes que coincidieron con la fecha hebrea de Av, como la Inquisición española y el Holocausto, este día resume siglos de sufrimiento judío. A medida que nos acercamos a otro Tisha B’Av, muchos de nosotros lidiamos con una cuestión acuciante: En un mundo ya lleno de dolor, ¿cómo podemos conectar de forma significativa con la profunda tristeza de este día?

Pero, ¿y si Tisha B’Av fuera algo más que intensificar nuestro dolor? ¿Y si nuestras lágrimas pudieran tener el poder de curar, y no sólo a nosotros mismos, sino también a los demás? La figura bíblica de Raquel nos ofrece una perspectiva convincente sobre esta cuestión. Su historia, interpretada por el profeta Jeremías y desarrollada por el rabino David Forman, un erudito bíblico moderno, sugiere que la forma más potente de duelo no consiste sólo en el dolor personal, sino en la empatía y la curación.

Al explorar las lágrimas de Raquel y su significado, descubriremos un poderoso enfoque del duelo que no sólo profundiza nuestra conexión con Tishá BeAv, sino que también proporciona un camino hacia la reconciliación y la esperanza. Profundicemos en cómo el ejemplo de Raquel puede transformar nuestra comprensión del duelo y guiarnos hacia una observancia más empática y reparadora de este día solemne.

El retrato que el profeta Jeremías hace de Raquel ilustra este concepto:

Esta conmovedora imagen de Raquel llorando por sus hijos exiliados se convierte en una poderosa metáfora del duelo efectivo. Pero, ¿qué hacía que las lágrimas de Raquel fueran tan potentes? Pero, ¿qué hizo que las lágrimas de Raquel fueran tan potentes? No era simplemente el acto de llorar, sino un profundo acto de empatía y abnegación que Raquel había emprendido en vida. Para comprender el poder de las lágrimas de Raquel, debemos profundizar en su historia y en su relación con su hermana Lea.

Pero antes, cuando Dios responde a las lágrimas de Raquel en Jeremías, dice:

La palabra hebrea para «trabajo» aquí, «pe’ulah», se hace eco de un momento significativo en la vida de Raquel.

Este momento, este «parto» se encuentra en la desconcertante historia de las dudaim, las mandrágoras que Rubén llevó a su madre Lea. Cuando Rajel le pide algunas de estas flores, Lea responde con dureza, acusando a Rajel de quitarle a su marido. En lugar de reaccionar con ira, Raquel toma una decisión sorprendente. Dice

Este acto, que podría parecer trivial a primera vista, fue en realidad un profundo momento de empatía y curación. Raquel, que no había podido concebir, estaba dispuesta a ceder a su hermana una noche con Jacob. Al hacerlo, pudo ver la situación desde la perspectiva de Lea, reconociendo el dolor y la soledad de su hermana.

Tal vez este momento fuera una «repetición», una especie de reconciliación del trauma anterior, cuando Labán, el padre de Raquel y Lea, había cambiado a Lea por Raquel en su noche de bodas. Al elegir dar a Lea esta noche con Jacob, Raquel estaba, en cierto sentido, dando permiso retroactivo y curando las heridas del pasado.

Este acto de empatía y abnegación es lo que hizo que las lágrimas de Raquel fueran tan poderosas siglos después. No era sólo que llorara por sus hijos; era que había demostrado la capacidad de ver más allá de su propio dolor y actuar con compasión, incluso hacia alguien a quien podría haber visto como un rival.

La historia nos enseña que el duelo efectivo no consiste sólo en expresar nuestro propio dolor. Se trata de la capacidad de sentir y responder al dolor de los demás, incluso en medio de nuestro propio sufrimiento. Éste es el tipo de duelo que tiene el poder de mover cielo y tierra, el tipo de duelo al que Dios responde.

Al observar Tisha B’Av, estamos llamados a emular el ejemplo de Raquel. Nuestro duelo no sólo debe expresar nuestra pena, sino también motivarnos a actuar con empatía y comprensión. Ya sea tendiendo la mano a través de las líneas confesionales dentro del judaísmo o fomentando conexiones más profundas dentro de nuestra comunidad judeo-cristiana ampliada, todos tenemos el poder de transformar nuestro dolor en acción constructiva.

Que este Tisha B’Av no sea sólo un día de lamento, sino un catalizador para tender puentes y curar antiguas heridas, acercándonos al día en que, como se prometió a Raquel, todos sus hijos vuelvan a casa. Que mediante nuestros esfuerzos colectivos, inspirados por la empatía y la acción de Raquel, trabajemos por un futuro de mayor comprensión, cooperación y paz.



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Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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