Cómo cocinar el guiso de lentejas de Jacob

Por: Devorah & David Katz
noviembre 5, 2021
Israel (Shutterstock)|

¿Te has preguntado alguna vez lo delicioso que debía oler el guiso de lentejas de Jacob para que Esaú estuviera dispuesto a cambiar su primogenitura por él? Devorah y David Katz, de la famosa panadería israelí «Pat Bamelech», comparten en este vídeo sus ideas sobre Génesis 25 y la porción de la Torá de Toldot, junto con sus consejos sobre crianza y cocina.

Como panadera y entusiasta de la comida, siempre me ha fascinado la intersección entre la comida y la cultura. Hace poco, mi socio Dave y yo tuvimos el placer de organizar una demostración de cocina que exploraba la conexión entre un reconfortante plato de sopa de lentejas y una conocida narración bíblica. Deja que te acompañe en nuestro viaje culinario.

La conexión bíblica

Empezamos nuestra demostración contando la historia de Jacob y Esaú del Libro del Génesis. Como padre de cinco hijos, no pude evitar establecer paralelismos entre esta antigua historia de rivalidad entre hermanos y la dinámica que veo en mi propia familia. La historia de estos hermanos gemelos con personalidades opuestas -Esaú el cazador y Jacob el hogareño- prepara el escenario para un momento crucial relacionado con un plato de sopa.

En la historia, Esaú vuelve a casa hambriento de una cacería y se encuentra a Jacob cocinando sopa. En un momento de debilidad, Esaú cambia su primogenitura por un cuenco de esta sopa, que se cree que está hecha de lentejas. Esta historia siempre me ha intrigado, pues pone de relieve el poder de la comida en la dinámica familiar y su capacidad para reconfortar y nutrir.

Nuestra receta de sopa

Aunque no podemos conocer la receta exacta que utilizó Jacob, Dave y yo ofrecimos nuestra interpretación de una sopa sustanciosa perfecta para los días fríos y lluviosos como el que estábamos viviendo en Israel. He aquí cómo la preparamos:

  1. Empezamos rehogando en aceite cebollas, apio, perejil y un toque de cilantro (que llamamos kuzbara).
  2. A continuación, añadimos el calabacín y los guisantes partidos, junto con agua suficiente para cubrirlo todo.
  3. Tras el hervor inicial y el puré, incorporamos col, zanahorias y boniatos para añadir textura y color.
  4. Por último, sazonamos la sopa con una mezcla equilibrada de sal, azúcar, pimienta y comino.

Durante todo el proceso, hice hincapié en lo indulgentes que pueden ser las sopas de verduras. Siempre animo a nuestros espectadores a experimentar con los ingredientes en función de lo que tengan a mano.

Consejos de cocina

Mientras cocinábamos, compartí algunos consejos que he aprendido durante años de cocinar para mi familia:

  • Utilizando una batidora de inmersión para hacer puré parte de la sopa, se crea una base rica y se dejan algunas verduras en trozos para darle textura.
  • Añadir verduras por etapas proporciona una variedad de texturas y sabores.
  • Partes iguales de sal y azúcar pueden crear un perfil de sabor equilibrado.
  • Cuanto más tiempo se cocine la sopa, más rica y espesa será.

También hablé del valor del caldo de verduras casero. En nuestra casa, guardamos restos de verduras en el congelador para hacer una base nutritiva para las sopas. Es una práctica que recomiendo encarecidamente.

Picatostes: El toque final perfecto

Ninguna sopa está completa sin un topping crujiente, así que demostramos cómo hacer picatostes caseros:

  1. Nosotros utilizamos los nudos de ajo de nuestra panadería, pero cualquier pan con huevo (como el challah) funciona bien.
  2. Cortamos el pan en varios tamaños para que resulte más interesante.
  3. Luego lo mezclamos con aceite de oliva, ajo y sal.
  4. Por último, lo horneamos a 200°C (390°F) durante 10-20 minutos, vigilándolo de cerca.

Reflexiones

Mientras removía la sopa e inhalaba su reconfortante aroma, no pude evitar pensar en cómo nos conecta la comida: con nuestras familias, nuestras culturas e incluso con historias antiguas. Aquel día lluvioso en nuestra panadería de Israel, con el olor a pan fresco en el aire y una olla de sopa hirviendo a fuego lento en el fogón, sentí una conexión con Jacob, con Esaú y con innumerables personas que han encontrado consuelo en un tazón de sopa caliente.

Esta demostración me recordó por qué amo lo que hago. La comida no es sólo sustento; es una forma de nutrir, de mostrar amor y de conectar con nuestra historia humana compartida. Ya cocines para tu familia, para los clientes de una panadería o incluso para un personaje bíblico que intercambia su primogenitura, el poder de una comida preparada con amor sigue siendo el mismo.

Devorah & David Katz

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