Como padre de las doce tribus, Jacob inició la transformación del pueblo judío en una nación. El Libro del Génesis relata los desafiantes encuentros de Jacob a lo largo de su vida, que sirven como ejemplos duraderos de fe a pesar de la lucha. Jacob compró la primogenitura a su hermano Esaú y engañó a Isaac para que le diera las bendiciones de Esaú. Pasó muchos años viviendo en Harán, adonde huyó para escapar de la ira de Esaú. Jacob fue elegido sobre su hermano Esaú para ser el heredero espiritual de Isaac y Abraham, lo que le convirtió en el tercer y último Patriarca del pueblo judío. Dios cambió su nombre de Jacob a Israel.