En honor del 75 aniversario de Israel, Israel365 se complace en lanzar una nueva serie de ensayos que desvelarán los secretos de la Biblia hebrea.
Extraído del próximo libro del rabino Akiva Gersh, 75 palabras hebreas que necesitas para entender la Bibliaestos ensayos iluminan la conexión entre palabras hebreas relacionadas, revelando secretos bíblicos sólo accesibles a través del hebreo.
Disfruta de la serie – ¡y feliz 75 cumpleaños al Estado de Israel!
מַיִם
MAYIM
MAH-YEEM
AGUA
Mayim, palabra hebrea que significa «agua», aparece por primera vez en el segundo versículo de la Biblia cuando «el espíritu de Dios se cernía sobre el agua». Dios no ordena explícitamente la creación del agua, misteriosamente presente desde el principio de los tiempos, lo que refleja su papel fundacional en la existencia de toda vida.
Aunque el agua se utilizaba en muchos aspectos del servicio del Templo, sólo se llevaba como ofrenda independiente a Dios durante Sucot, la Fiesta de los Tabernáculos. Cada mañana, durante toda la fiesta, se extraía agua del manantial de Siloé, se llevaba al Templo y se vertía sobre el altar principal. Después, cada noche, en el patio del Templo, miles de personas se reunían para el Simchat Beit HaShoeivah, «Regocijo en el lugar de la extracción del agua», un momento de celebración, música y danza.
La vida de Moisés, el mayor líder de la historia judía, está inextricablemente ligada al agua. Cuando sólo tenía unos meses, su madre lo metió en una cesta y lo dejó a la deriva en el río Nilo para salvarlo del malvado decreto del faraón. Milagrosamente, la propia hija del faraón lo encuentra, lo adopta como hijo y lo llama Moisés, ya que «lo sacó del agua» (Éxodo 2:10).
Tras huir de Egipto, Moisés se encuentra con su mujer junto a un pozo de agua. Años más tarde, Moisés golpea la roca para proporcionar agua a la nación, en lugar de hablarle como Dios le había ordenado. Trágicamente, este error le costó a Moisés la oportunidad de entrar en la Tierra de Israel, la tierra de la vida. El agua es fuente de vida, pero sólo si se utiliza al servicio de la voluntad de Dios.
