En honor del 75 aniversario de Israel, Israel365 se complace en lanzar una nueva serie de ensayos que desvelarán los secretos de la Biblia hebrea.
Extraído del próximo libro del rabino Akiva Gersh, 75 palabras hebreas que necesitas para entender la Bibliaestos ensayos iluminan la conexión entre palabras hebreas relacionadas, revelando secretos bíblicos sólo accesibles a través del hebreo.
Disfruta de la serie – ¡y feliz 75 cumpleaños al Estado de Israel!
שְׁמַע
SHEMA
SHEH-MAH
ESCUCHA
שמע ישראל יהוה אלהינו יהוה אחד.
ויקח ספר הברית ויקרא באזני העם ויאמרו כל אשר דבר יהוה נעשה ונשמע.
Shemá, que en hebreo significa «escucha», es la primera palabra de la oración más importante y fundacional del judaísmo: «¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, Dios es Uno» (Deuteronomio 6:4), que declara nuestra fe en el único Dios. La Biblia nos ordena recitar el Shemá cada mañana y cada noche: «Y estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón… y hablarás de ellas… cuando te acuestes y cuando te levantes» (Deuteronomio 6:6-7). Al recitar la oración del Shemá cada día y cada noche, no olvidamos su poderoso mensaje.
Rabí Akiva fue el principal rabino de Israel durante el siglo II d.C., una época de terrible persecución romana. Entre otros rabinos, fue detenido por los romanos y torturado hasta la muerte por enseñar la Biblia en público. Mientras los romanos lo quemaban hasta la muerte, gritó las palabras del Shemá. Sus alumnos gritaron: «Maestro, ¿en un momento así puedes decir el Shemá?». Rabí Akiva respondió: «Toda mi vida me he esforzado por cumplir el versículo ‘Amarás a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma’. Ahora por fin tengo la oportunidad de hacerlo». Con las palabras del Shemá en los labios, su alma abandonó el mundo. El acto de valentía espiritual de Rabí Akiva es el origen de la práctica judía de recitar el Shemá antes de morir. Un número incalculable de judíos recitaron el Shemá en sus últimos momentos antes de ser asesinados por los nazis durante el Holocausto.
Al recibir la Torá, los hijos de Israel proclamaron «haremos y escucharemos», comprometiéndose a vivir según la palabra de Dios escrita en la Biblia, incluso antes de oír lo que en ella estaba escrito, un extraordinario compromiso de fe.