La génesis de la bondad

diciembre 3, 2024

El concepto de bondad está presente en toda la Biblia hebrea, desde el mismo relato de la creación. Esta idea adquiere especial nitidez el tercer día -el martes-, cuando Dios declara «tov» (bueno) Su obra no una vez, sino dos. Esta doble declaración de «ki tov» hace que este día sea especial. Los místicos y eruditos judíos han reflexionado durante mucho tiempo sobre el significado más profundo de esta bendición repetida, viendo en ella profundas lecciones sobre la naturaleza de la bondad y cómo la expresamos mediante actos de bondad y caridad.

Según la interpretación cabalística, el doble «tov» del tercer día refleja dos clases distintas de bondad: una intrínseca y otra funcional. El primer caso de «tov» se refiere a la bondad inherente de la creación, mientras que el segundo se refiere a su potencial para hacer el bien, para ser productiva y beneficiosa para los demás. No es casualidad que éste sea el día en que la Tierra hizo brotar por primera vez la vegetación, que es intrínsecamente buena y también proporciona sustento y vida a los demás.

En la tradición judía, la tzedaká -a menudotraducida como «caridad»- no es sólo un bien moral, sino una obligación divina. La propia palabra tzedaká procede de la raíz tzedek, que significa «justicia» o «rectitud». Dar a los necesitados no se considera un acto de bondad voluntaria, sino una expresión esencial de justicia. Refleja la idea de que la riqueza, como todas las demás bendiciones, pertenece en última instancia a Dios, y es nuestra responsabilidad distribuir esas bendiciones entre los demás.

La doble bondad del tercer día puede considerarse una metáfora de la doble naturaleza de la caridad. La primera bondad es el reconocimiento del valor inherente a toda la creación: que cada individuo tiene valor y merece dignidad. La segunda bondad es la capacidad de hacer realidad ese potencial mediante la caridad. Cuando damos caridad, no sólo ayudamos a los demás, sino que también sacamos lo mejor de nosotros mismos, cumpliendo nuestro papel de administradores de la creación de Dios.

Además, los cabalistas llevan mucho tiempo observando la conexión entre el tercer día de la creación y la práctica de la tzedaká. Del mismo modo que el tercer día hace surgir la capacidad de la tierra para nutrir y sostener la vida, el acto de dar caridad también sostiene a los necesitados. El doble «tov» del tercer día sugiere que la verdadera bondad es tanto inherente como activa: al dar a los demás, cumplimos ambos aspectos de esta bondad divina.

En la Biblia hebrea hay numerosos mandatos para cuidar de los pobres, los extranjeros, las viudas y los huérfanos. Estas leyes se basan en la creencia de que los seres humanos han sido creados a imagen de Dios(imago Dei) y, por tanto, cada persona tiene un valor intrínseco. El mandamiento de dar tzedaká no es una mera sugerencia, sino un reflejo de la justicia que debe impregnar la sociedad. Cuando damos caridad, no sólo ayudamos a los demás: nos convertimos más plenamente en lo que estamos destinados a ser.

En Deuteronomio 15:7-8, por ejemplo, la Torá ordena:

El texto habla claro: la bondad requiere corazones y manos abiertos.

El profeta Isaías refuerza esta idea cuando describe el tipo de ayuno que agrada a Dios:

Para Isaías, la máxima expresión de la piedad no es la observancia ritual, sino la bondad activa expresada mediante la caridad y el cuidado de los demás.

La visión de la bondad de la Biblia hebrea nos llama a la acción. Como la tierra en aquel tercer día de la creación, llevamos dentro de nosotros tanto la bendición del valor inherente como el poder de nutrir a los demás. A través de la caridad no sólo damos, sino que participamos en el trabajo continuo de la propia creación, ayudando a nutrir y sostener el mundo tal y como Dios lo concibió.

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Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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