¡Hosanna! El Salmo 28 y el conflicto entre Israel y Hamás

noviembre 9, 2023
A terebinth tree in the Elah Valley (Shutterstock.com)

Mientras continúa la guerra entre Israel y Hamás, las palabras del Salmo 28 parecen llegar desde el pasado, tocando una cuerda que es increíblemente relevante hoy en día.

Este salmo fue escrito por el rey David, un hombre que sabía muy bien lo que significaba verse atrapado en una batalla, y que, sin embargo, también conocía el consuelo que proporciona la confianza en un poder superior. El Salmo 28 contiene una petición urgente de salvación, además de una firme creencia en la redención, y ambas resuenan a la luz del conflicto actual.

El salmo comienza con una petición de David para que Dios le escuche. David teme que, sin la atención de Dios, sería como si hubiera desaparecido, algo parecido a caer en «el Abismo», una referencia al Seol, el lugar de tinieblas del inframundo habitado por los muertos.

La imagen de la fosa nos recuerda la historia de José, que fue arrojado a una fosa por sus hermanos y abandonado a su suerte. El comentarista medieval conocido como Rashi señala que, aunque la fosa de José carecía de agua, estaba plagada de serpientes y escorpiones. Según la ley judía, al haber sido arrojado a un pozo lleno de serpientes y escorpiones, José ya se consideraba muerto, pues las posibilidades de que sobreviviera eran escasas o nulas. Sin embargo, se salvó. Esta idea nos recuerda que, por muy duras o sombrías que parezcan las cosas, Dios tiene el poder de redimirnos.

En el versículo 3, David dice que no quiere que le confundan con los malvados que fingen ser bondadosos pero en realidad están llenos de odio. La duplicidad de Hamás, que afirma luchar por el bienestar de los palestinos mientras perpetúa su sufrimiento, refleja a los malvados de este versículo, que ocultan sus malas intenciones bajo un barniz de buena voluntad. La opulencia de los dirigentes de Hamás, que a menudo se citan entre los más ricos del mundo, contrasta fuertemente con la pobreza del pueblo al que dicen servir, ya que explotan la ayuda para construir túneles y armas en lugar de para el bienestar.

El llamamiento de David a la justicia retributiva en el versículo 4, «devolvedles sus obras y la maldad de sus prácticas», refleja la exigencia de una respuesta decisiva al dolor y el sufrimiento infligidos a civiles inocentes por los malvados terroristas de Hamás.

«¡Que los derribe para no reconstruirlos jamás!». En el versículo 5, David implora a Dios que haga de ésta su confrontación final con los perpetradores del mal, que los derribe y se asegure de que no puedan reconstruirse. También Israel anhela el cese del ciclo de violencia y el fin definitivo del terror. Es una esperanza que se extiende más allá de lo inmediato hacia lo eterno, donde la paz pueda florecer sin impedimentos por la amenaza de la violencia. Expresa la esperanza de que esta batalla sea el enfrentamiento final entre el bien y el mal. Que Dios libre al mundo de Hamás y de todos los que perpetran el mal de una vez por todas.

El cambio radical de la súplica a una declaración de confianza en el Señor se produce en los versículos 6-7. David bendice a Dios «porque escucha mi súplica de misericordia». David proclama su fe en Dios como su fuerza y su escudo, lo que refleja la resistencia y la esperanza duradera del pueblo judío a pesar de los conflictos. David expresa su gratitud a Dios por la ayuda que confía en que le llegará. Su confianza en la liberación de Dios es tan fuerte que celebra la victoria incluso antes de que sea definitiva. Del mismo modo, no dudamos de que, con la ayuda de Dios, Israel ganará esta guerra. Rezamos para que la victoria llegue sin más sufrimiento ni pérdida de vidas.

El Salmo concluye en el versículo 9 con una ferviente súplica de salvación y sustento divinos. David pide a Dios que salve a Su nación (Hosanna) y pastoree a Su pueblo hacia un futuro de paz. Éste es nuestro ferviente llamamiento de hoy: Dios, ¡salva a tu nación! ¡Hosanna!

Que las oraciones y los esfuerzos de quienes hoy están con Israel lleguen a los cielos, anunciando el fin del terror y la guerra y el amanecer de una era definida por la búsqueda decidida de la paz.

De David. Oh Yahveh, te invoco; roca mía, no me desoigas, pues si te mantienes alejado de mí, seré como los que descienden al Abismo. Escucha mi súplica de misericordia cuando clame a Ti, cuando levante mis manos hacia Tu santuario interior. No me cuentes con los malvados y malhechores que profesan buena voluntad hacia sus semejantes mientras la malicia está en su corazón. Págales según sus obras, según sus actos maliciosos; según sus obras págales, dales su merecido. Porque no tienen en cuenta las obras del Señor, la obra de Sus manos. ¡Que Él los derribe para no reconstruirlos jamás! Bendito sea Yahveh, porque escucha mi súplica de misericordia. Yahveh es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón. Fui ayudado, y mi corazón se regocijó, por eso le glorificaré con mi canto. Yahveh es su fortaleza; Él es un baluarte para la liberación de Sus ungidos. Salva a tu nación (Hossana) y bendice a tu pueblo; cuídalo y sostenlo para siempre.

Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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