Esta semana volvemos a leer la Torá desde el principio. Al final de cada día de la creación, la Biblia cuenta el día: «un día», «segundo día», «tercer día», «cuarto día»…
En el Salmo 90, Moisés dice: ‘Enséñanos a contar correctamente nuestros días para que obtengamos un corazón sabio’. Pero en la propia Torá, ¡parece haber un problema con el recuento de los días de la creación!
Tendría sentido si la Biblia hubiera llamado al primer día ‘primer día’. En cambio, dice yom echad, que significa literalmente ‘un día’. ¿Por qué utilizaría la Biblia una formulación diferente para el primer día de la creación?
Como muchas palabras en hebreo, la frase Yom Echad tiene múltiples significados. Ésta es la belleza y la profundidad de la lengua sagrada del hebreo. El primer día de la Creación, llamado «un día», podría significar también el «día de Uno».
El famoso comentarista bíblico Rashi comparte una tradición según la cual, el primer día de la creación, Dios aún no había creado a ningún otro ser espiritual (como los ángeles). Seguía siendo el único ser existente, el Único. Por eso el primer día era el «día del Uno».
Pero, ¿hay algo más que podamos aprender de la expresión «un día» en contraposición a «primer día»?
El tiempo tiene tres dimensiones: pasado, presente y futuro. La mayoría de nosotros tenemos decenas de miles de días a nuestras espaldas y, con suerte, decenas de miles de días por delante. Pero ahora mismo, hoy, sólo tenemos un día.
Este único día es el único día que es real en este momento. Es el día que Dios nos ha dado hoy. Una vez que haya terminado, se habrá ido para siempre.
Al llamar al primer día «un día», o un día singular, la Biblia nos está enseñando a reconocer la singularidad de todos y cada uno de los días. Debemos experimentar el hoy, vivir el hoy y reconocer la importancia del hoy.
Hoy es el día en que podemos cumplir nuestro propósito aquí en este mundo: fortalecer nuestras relaciones con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
Si no te deprime pensar que hoy podría ser el último día de tu vida, ese pensamiento puede ser muy fortalecedor. ¿Cómo te comportarías si supieras que éste es tu único día en este mundo? ¿Cómo te relacionarías con los demás? ¿Qué intentarías conseguir? Imagina que maximizas cada día de tu vida con pensamientos, palabras y acciones de calidad. ¡Eso es vivir de verdad!
Cuando la Biblia dice «un día», no está contando el primer día de la creación. Nos está enseñando a vivir y apreciar todos y cada uno de los días que tenemos la bendición de vivir.