Tu legado: Un pacto duradero con Dios

septiembre 20, 2024
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Moisés se encontraba al borde de un gran cambio. Tras décadas de guiar a los israelitas por el desierto, tras presenciar milagros y rebeliones, victorias y derrotas, ahora se encontraba ante la Tierra Prometida. Pero Moisés no entraría en ella. Su propio viaje estaba llegando a su fin y, al darse cuenta de ello, comprendió cuál sería su verdadero legado: no la conquista física de la tierra, sino las palabras que dejaría tras de sí. Moisés sabía que el futuro de Israel -su éxito, su supervivencia, su identidad- no dependería de su liderazgo, sino de las leyes y enseñanzas que confiara a la siguiente generación.

Cuando Moisés impartió sus últimas instrucciones, recogidas en el Deuteronomio, encargó al pueblo que preservara el pacto y forjara su futuro. La porción de Deuteronomio 26:1-29:8 capta este momento crucial, cuando Moisés insta a los israelitas a reflexionar sobre su pasado colectivo mientras se preparan para forjar su propio legado en la tierra que tienen por delante.

En Deuteronomio 26, se ordena a los israelitas que lleven los primeros frutos de su cosecha al Templo como ofrenda a Dios. Esta mitzvah no es sólo una obligación ritual, sino que sirve de profundo recordatorio de la continuidad de la relación entre Dios, la tierra y el pueblo. Al presentar sus ofrendas, se les ordena recitar una breve historia de su pueblo: comenzando con Jacob, descendiendo a Egipto, soportando la esclavitud y, finalmente, siendo redimidos y conducidos a una tierra «que mana leche y miel».


La recitación reconoce que la abundancia de la que ahora disfrutan forma parte de una historia mayor, que empezó mucho antes que ellos y continuará mucho después.

Este acto de dar las primicias representa algo más que mera gratitud; simboliza un reconocimiento del legado. Los israelitas no son individuos aislados, que viven sólo para sí mismos. Más bien, forman parte de un relato mucho más amplio, que se remonta a los patriarcas y matriarcas y se extiende hacia las generaciones futuras. Sus acciones en el presente están íntimamente relacionadas tanto con el pasado como con el futuro.

Deuteronomio 26:17-19 refuerza esto al subrayar que Israel es una nación preciada, elegida por Dios para observar Sus mandamientos y mantener Su alianza.


A cambio, Dios promete hacerlos «excelsos sobre todas las naciones» en alabanza, fama y honor. Esta relación entre Dios e Israel no se limita a una generación; es un pacto que vincula el pasado con el futuro, garantizando la continuidad del legado de fe, obediencia y responsabilidad moral.

Sin embargo, el legado del que se habla en esta porción no es una mera promesa de recompensa para el pueblo. También conlleva importantes responsabilidades. El Deuteronomio 28 enumera las bendiciones que caerán sobre Israel si permanece fiel, pero también esboza las consecuencias de abandonar el pacto. Esta dualidad subraya la fragilidad del legado: es algo que hay que cuidar, proteger y mantener activamente.

El futuro de Israel, en la tierra y como pueblo, depende de las elecciones que se hagan en el presente.

Este antiguo mensaje resuena con cuestiones modernas de legado y responsabilidad, especialmente en lo que respecta a Israel. Mientras que los israelitas del Deuteronomio se preparaban para entrar en la Tierra Prometida, muchas personas se encuentran hoy fuera, mirando hacia dentro, ya sea geográfica o espiritualmente. Sin embargo, la conexión con Israel sigue siendo poderosa, incluso para quienes no viven en la tierra.

Comprometerse con el legado de Israel es comprender que la historia del pueblo judío y su pacto con Dios trasciende las fronteras y el tiempo. Invertir en el futuro de Israel, ya sea mediante el apoyo, la educación o la participación, es una forma de continuar esa antigua tradición de garantizar que el legado perdure. Esta inversión incluye un compromiso espiritual y comunitario con el bienestar de la tierra y de su pueblo.

Para quienes no vivan en Israel, la conexión con la tierra puede seguir siendo profunda. El Deuteronomio enseña que el pacto y la tierra están entrelazados. Al apoyar a Israel, ya sea con medios económicos, mediante la defensa de sus derechos o creando un legado en el que Israel forme parte de tu historia futura, nos convertimos en parte de ese legado. Al hacerlo, honramos el pasado, aseguramos el presente y construimos un futuro que refleja los valores duraderos del pacto.

Asegurar el futuro de Israel requiere nuestra dedicación y apoyo constantes. Israel365 fortalece a Israel tendiendo puentes entre judíos, cristianos y todos los que comparten nuestros valores basados en la fe. Con Israel bajo ataque, especialmente después del 7 de octubre, esto es más importante que nunca. Nuestro programa de donaciones de legado garantiza que puedas estar con Israel durante generaciones.

Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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