Tierra de nadie, Torá de todos

mayo 31, 2025

Cuando pensamos en los desiertos, a menudo imaginamos paisajes yermos, condiciones duras y aislamiento. Sin embargo, en la tradición judía, el desierto tiene un profundo significado: fue precisamente allí, en el vacío del Sinaí, donde se produjo el momento más transformador de nuestra historia: la entrega de la Torá.

A medida que nos acercamos a Shavuot, la fiesta que conmemora esta revelación divina, merece la pena reflexionar sobre por qué Dios eligió un escenario tan improbable para este acontecimiento fundamental. La porción de la Torá de Bamidbar (literalmente “en el desierto”) se lee tradicionalmente justo antes de Shavuot, invitándonos a explorar esta conexión.

¿Por qué no dar la Torá en Jerusalén, en el Monte del Templo o en otro lugar sagrado de la Tierra Prometida? Nuestros Sabios ofrecen una hermosa visión a través de la Mejilta, un antiguo comentario rabínico: “La Torá se entregó abiertamente, en un lugar público. Porque si se diera en la Tierra de Israel, podrían decir a las naciones del mundo: No tenéis parte en ella. Pero fue dada abiertamente, en un lugar público, y todos los que quieran tomarla pueden venir y tomarla”.

Esta enseñanza revela algo extraordinario acerca de la visión del judaísmo: la sabiduría de la Torá nunca fue concebida como propiedad exclusiva. Al entregar la Torá en tierra de nadie, en territorio no reclamado por ninguna nación, Dios estableció que sus verdades eternas trascienden las fronteras geográficas y pertenecen a toda la humanidad.

El entorno desértico tiene un significado adicional. Los desiertos despojan de distracciones y comodidades, creando espacio para la claridad y la concentración. En el desierto, el pueblo judío podía oír la voz de Dios sin las distracciones de la civilización. No había campos que arar, ni negocios que dirigir, sólo la vasta extensión y la palabra divina.

Tal vez lo más destacable, como enseñó el rabino Lord Jonathan Sacks, es que esta disposición estableció un patrón revolucionario en la historia de la humanidad. Para cualquier otra civilización, la tierra fue lo primero, seguida de los asentamientos, luego los sistemas de gobierno y, por último, las leyes. Pero para el pueblo judío, la ley precedió a la tierra.

Esta inversión resultó crucial a lo largo de la historia judía. Cuando llegó el exilio -cuando fuimos expulsados de nuestra patria- llevábamos la Torá con nosotros. Nuestra nacionalidad no se definía únicamente por el territorio, sino por el pacto. A diferencia de otros pueblos que perdieron su identidad al ser separados de su tierra, el pueblo judío mantuvo su carácter distintivo y sus tradiciones a través de continentes y siglos.

Esta idea habla de la naturaleza duradera de la identidad judía. La Torá, entregada en el desierto, se convirtió en nuestra patria portátil. En cualquier lugar extranjero, podíamos establecer nuestras comunidades en torno a las enseñanzas de Dios. La sinagoga se convirtió en nuestra embajada espiritual, el Sabbat en nuestro santuario en el tiempo y el estudio de la Torá en nuestra conversación nacional.

Hoy, mientras presenciamos el retorno histórico del pueblo judío a nuestra patria ancestral, reconocemos que nuestra conexión con la tierra de Israel siempre ha estado entrelazada con nuestro compromiso con los valores de la Torá. Sin embargo, los orígenes desérticos de la Torá nos recuerdan que nuestra misión se extiende más allá de las fronteras: compartir el monoteísmo ético y la sabiduría divina con todos los que la busquen.

La revelación del desierto nos enseña que la palabra de Dios no se limita a un lugar o a un pueblo. Como el agua en el desierto, da vida allí donde fluye. Nuestra tradición, aunque únicamente judía, contiene verdades universales que pueden nutrir a toda la humanidad.

Ahora que hemos regresado a nuestra patria ancestral, podemos cumplir la visión profética de Isaías, que vio un tiempo en el que las naciones buscarían la Palabra de Dios en la Montaña de Dios. Lo que se dio abiertamente en el desierto puede fluir ahora desde Jerusalén hacia todos los que lo busquen.

Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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