Reunido con un grupo judío en el Seminario Teológico Judío tras su presidencia, Harry Truman declaró audazmente: «¡Yo soy Ciro!». Con esta afirmación, Truman establecía un paralelismo entre el decreto del emperador persa de permitir a los exiliados judíos regresar a la tierra de Israel y reconstruir su Templo, y el papel fundamental de Truman en el reconocimiento del moderno Estado de Israel.
Esta trascendental Declaración de Ciro no fue sólo una declaración política, sino el cumplimiento de una profecía.
¿Cómo convergen el decreto de un antiguo rey persa y la audaz postura de un presidente estadounidense de mediados del siglo XX para cumplir una profecía bíblica, y qué significa para nosotros hoy esta intrigante conexión histórica?
Como dice claramente el versículo de Esdras, la histórica declaración de Ciro no era meramente política; era la manifestación de una profecía que Jeremías había pronunciado muchos años antes:
En sus profecías al pueblo de Judá que estaba a punto de ser conquistado y desterrado, Jeremías prometió que su servidumbre a los babilonios duraría 70 años, pero que después el pueblo judío regresaría a su patria:
Esta conexión entre el decreto de Ciro y las palabras de Jeremías subraya una verdad intemporal: la mano de Dios siempre está actuando, modelando el curso de la historia. Como se dice en Esdras 1:1: «El Señor despertó el espíritu del rey Ciro de Persia para que proclamara».
Si avanzamos rápidamente hasta el siglo XX, encontraremos paralelismos modernos que resuenan con la historia de Ciro. Al igual que él facilitó un retorno fundamental desde el exilio, figuras como Truman desempeñaron papeles que dieron forma al establecimiento del Estado de Israel. El milagroso nacimiento de Israel en 1948 y el continuo retorno de los judíos a su hogar ancestral no son sino el cumplimiento de las promesas divinas, una narración que sigue desarrollándose hoy en día.
La decisión de Harry Truman de reconocer el Estado de Israel siguió el ejemplo del antiguo decreto de Ciro. Ambos actos fueron pasos en el cumplimiento de las promesas bíblicas por las que Dios entregó la Tierra de Israel al pueblo judío y aseguró su retorno. Estas promesas, que garantizan su redención, se extienden desde el Libro del Génesis hasta los últimos profetas, poniendo de relieve el firme compromiso de Dios con su pueblo.
Este trasfondo histórico nos desafía a ver la orquestación divina en el retorno contemporáneo de los judíos a Israel. Nos desafía a preguntarnos: ¿Cómo podemos apoyar hoy a Israel y el retorno de los judíos a su patria? Ya sea mediante la defensa, la educación o el apoyo directo, cada uno de nosotros puede desempeñar un papel en esta historia épica, encarnando el espíritu de Ciro en nuestras acciones e intenciones.
Sin embargo, el rabino Meir Soloveitchik advierte que nuestro apoyo a Israel debe ser vigilante e inquebrantable. Reflexiona sobre los desafíos a los que se enfrentaron en tiempos de Ciro, cuando quienes se oponían al retorno de los judíos y a la reconstrucción del Templo sobornaron a miembros de la corte de Ciro y mintieron sobre las motivaciones de los judíos para detenerlos(Esdras 4). Soloveitchink nos recuerda que nunca podemos dar por sentado el apoyo a Israel, y que se puede convencer de lo contrario a dirigentes que en su día se inspiraron en la palabra de Dios. Aunque el apoyo a Israel sea fuerte, requiere un cuidado constante para garantizar su continuidad.
Hoy asistimos a un preocupante aumento del antisemitismo y a un vacilante apoyo mundial a Israel. Al igual que hubo un movimiento de protesta contra el derecho judío a Jerusalén hace 2.500 años, cada vez más personas siguen creyendo la mentira de que la tierra de Israel no pertenece a los judíos y debe entregarse a los palestinos, «desde el río hasta el mar». El imperativo es claro. Judíos y cristianos por igual deben mantenerse firmes en apoyo de Israel, defendiendo los valores de verdad y justicia que se encuentran en la Biblia.
Inspirémonos en el liderazgo de Truman y en el antiguo decreto de Ciro. Asumamos nuestro papel de apoyo al Estado de Israel y al pueblo judío en su histórico retorno a su patria. Es hora de levantarse, de mostrar valor y convicción, y de participar en el cumplimiento continuo de las promesas de Dios. Animad a vuestros líderes, implicad a vuestras comunidades y sed un faro de apoyo a Israel. Al hacerlo, todos podemos ser un Ciro por derecho propio, desempeñando un papel en la gran narrativa del retorno y la redención que continúa hasta nuestros días.
Levántate y que te tengan en cuenta. Sé un Ciro.
Los soldados israelíes arriesgan sus vidas para protegernos a todos del terrorismo islámico. Pero necesitan nuestra ayuda. Inscríbete en Acción Israel365 para recibir información actualizada sobre cómo TÚ puedes ayudar a luchar contra Hamás y sus partidarios en Estados Unidos y en todo el mundo.
