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Sefer Iyov, el Libro de Job, es una obra compleja. Plantea la difícil y conocida cuestión de la teodicea: ¿Por qué les ocurren cosas malas a las personas buenas? Sefer Iyov comienza con una narración sobre una persona extremadamente justa llamada Iyov, que va a ser atormentada por Hashem. Pero, ¿por qué va a ser atormentado? ¿Cuál es la razón de su sufrimiento?

El capítulo primero describe una apuesta que Dios hizo con el Adversario, conocido en hebreo como Satán (שטן), un ser espiritual al que se le asigna la tarea divina de intentar hacer que la gente tropiece espiritualmente. Hashem insiste en que Iyov permanezca fiel y leal aunque sea horriblemente atormentado y sabiendo que no merece ningún castigo. Lo que sigue es una descripción de cómo los hijos de Iyovtodo el día, y toda su propiedad se pierde. Iyov acepta esta devastadora noticia con ecuanimidad. A continuación, el Satán inflige a Iyov una horrible enfermedad, pero no llega a quitarle la vida, como le ha ordenado Hashem (1:12). Llegados a este punto, Iyov ya no puede soportarlo. Empieza a cuestionar la justicia de Dios, aunque nunca pone en duda la existencia de Dios, ni siquiera Su poder.

Los amigos de Iyovacuden entonces a tranquilizarle, pero su forma de intentar consolarle es insistiendo en que la justicia de Hashemes absoluta, y que, por tanto, debe merecer su terrible sufrimiento. A lo largo de esta sorprendente reprimenda, Iyov se altera aún más, y protesta continuamente su inocencia de las fechorías sugeridas. Finalmente, Hashem aparece y reprende a Iyov por dudar de Él, y a los amigos por pecar contra Él, y entonces la vida de Iyov, antes feliz, se restablece.

A lo largo del libro, se pretende que Iyov aprenda humildad y comprenda que no le corresponde a él evaluar o cuestionar a Dios. Al aceptar su sufrimiento, Iyov se convierte en una persona mejor. Como demuestra el comentario de La Biblia de Israel, a veces es a quienes más ama Hashem a quienes hace sufrir, porque al hacerlo los hace más fuertes.

Tanto si podemos señalar una razón para el sufrimiento de Iyovcomo si no, una cosa queda clara al final del libro. Debemos recordar siempre que existe un gobernante Divino que controla el mundo con una sabiduría suprema y un sentido perfecto de la justicia. Aunque no seamos capaces de comprender Sus razones para dirigir el mundo como lo hace, debemos confiar sólo en Él y creer que todo lo que hace es para bien.

Existe un debate entre los Sabios del Talmud(Bava Batra 15a) sobre el período en que vivió Iyov. Se registran varias opiniones, que difieren entre sí en muchas generaciones. Existe incluso una opinión que afirma que no vivió en absoluto, y que la historia de su sufrimiento es una parábola, destinada a servir de modelo para afrontar el sufrimiento y comprender por qué se produce. También se ha sugerido que el tema central del libro no es el sufrimiento humano general y universal, sino el sufrimiento específico del pueblo judío. De hecho, la patria de Iyov, la tierra de Utz, es entendida por muchos como otro nombre de la tierra de Israel.

El pueblo judío ha sufrido mucho a lo largo de los siglos. A lo largo de la historia, lo han perdido todo, desde sus familias hasta sus posesiones, sus hogares e incluso su patria.

Han sufrido aflicciones físicas, emocionales y espirituales, pero, como a Iyov, se les ha prometido que la luz de la nación judía nunca se extinguirá. También como Iyov, a veces han permanecido fuertes y a veces han cuestionado, pero a través de todo ello se aferraron a su creencia en el Creador.

Aunque tal vez nunca podamos responder plenamente a la pregunta de por qué Israel tuvo que sufrir a lo largo de la historia tanto como lo hizo, el Sefer Iyov nos recuerda que debemos confiar siempre en Hashem. Creemos que el sufrimiento de Israel de es, en última instancia, para bien, y debemos tener la

confianza en que, en última instancia, la nación de Israel recuperará plenamente su antigua gloria, a salvo y segura en Eretz Yisrael.