Noé: El Diluvio, la Torre y la batalla por la Civilización Occidental

octubre 26, 2022

La porción de la Torá de esta semana, Noaj, narra las historias de dos sociedades fracasadas. En cada una de estas dos historias, nos encontramos con una ruptura de valores que conduce a la disolución y la destrucción.

En primer lugar, la generación del diluvio.

La palabra hebrea traducida aquí como «violencia» es chamas, una palabra cuyo significado preciso es vago. Parece ser un término general para designar la anarquía y la crueldad. Según los sabios judíos, chamas se refiere al robo desenfrenado, la violencia, la violación y el desprecio general por la ley y el orden. La frase final de los versículos citados, «porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra», se entiende que se refiere a una ruptura total de los límites sexuales entre los sexos e incluso entre animales y humanos.

La segunda sociedad que encontramos es la de la torre de Babel. Aquí, la naturaleza de su fechoría no está clara en la Biblia. Lo único que nos dice la Biblia es que todos se reunieron para construir una torre. ¿Por qué los dispersó Dios? El texto es tan vago que el Talmud se vio inducido a preguntar: «¿Qué hicieron?». (Sanedrín 109a) El Talmud procede con numerosas sugerencias sobre los motivos siniestros que poseían. La mayoría de las opiniones apuntan a algún motivo de rebelión contra Dios.

Me gustaría sugerir que hay dos frases en esta historia que revelan lo que realmente estaba ocurriendo. La primera es el verso inicial de la historia.

«Una lengua y unas ideas únicas». Unos versículos más adelante, vemos que fue esta característica de aquella sociedad la que preocupó a Dios y dio lugar a Su respuesta.

La segunda frase que revela la verdadera naturaleza de esta sociedad se encuentra en su declaración sobre sus planes para la torre.

Y dijeron: «Venid, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, y hagámonos un nombre; de lo contrario seremos dispersados sobre la faz de toda la tierra.»

¿Por qué querían construir una ciudad y una torre? ¿Era para atender mejor a los necesitados? ¿Para utilizar la torre al servicio de Dios?

«Hagámonos un nombre». La generación de la torre de Babel no pretendía glorificar a Dios, sino a sí misma.

Volvamos por un momento al primer problema de esta sociedad. ¿Por qué le preocupaba tanto a Dios que todos tuvieran «la misma lengua»? ¿Por qué es esto un problema? ¿Y por qué dijo Dios que «nada de lo que piensen hacer les será imposible»?

Me gustaría sugerir que los líderes de la sociedad de la torre de Babel fueron los primeros dictadores totalitarios.

Los totalitarios siempre han necesitado eliminar cualquier posibilidad de disidencia y diferencia de opinión como condición previa para aferrarse al poder. El control de la información mediante la criminalización de la disidencia es fundamental para ejercer un control total sobre la sociedad. Junto a este control de la información, estos dictadores también suelen emprender proyectos diseñados para engrandecerse a los ojos del público, de modo que se haga creer a la gente que no pueden sobrevivir independientemente de estas todopoderosas autoridades gobernantes. Al «hacerse un nombre» y suprimir la disidencia, los dictadores a lo largo de la historia han hecho casi imposible que quienes viven bajo ellos se dispersen y busquen su propia libertad e independencia.

La generación del diluvio y la generación de la Torre de Babel representan dos formas en que una sociedad sana y libre puede perder el rumbo. Por desgracia, en el mundo occidental actual, vemos indicios de que ambos modelos de decadencia social están en marcha.

La delincuencia desenfrenada, los saqueos y la ruptura de los límites sexuales son problemas endémicos que azotan tanto a Estados Unidos como a las naciones europeas. Al mismo tiempo, vemos una censura de mano dura que exige uniformidad de palabra y pensamiento, junto con la promoción al estilo comunista del Estado todopoderoso como único camino hacia la supervivencia. Trágicamente, ésta se ha convertido en la dirección del actual gobierno estadounidense en cooperación con los medios de comunicación y las élites empresariales que pretenden limitar la libertad personal y socavar los valores bíblicos tradicionales. La inundación y la torre siguen vivas en 2022.

En palabras del Eclesiastés,

Lo que ha sido, es lo que será, Y lo que se ha hecho, es lo que se hará. Así pues, no hay nada nuevo bajo el sol. – Eclesiastés 1:9

Las narraciones bíblicas de la generación del diluvio y la Torre de Babel son, trágicamente, tan relevantes hoy como lo fueron siempre. A estos relatos les sigue la presentación de Abraham, a quien conoceremos en la porción de la Torá de la próxima semana. Entonces, como ahora, la respuesta a los peligros del diluvio y de la torre es el camino de Abraham, el padre de la fe, que tuvo el valor de invocar el nombre de Dios en un mundo hostil.

Debemos seguir luchando por los valores eternos de la ley, el orden, la libertad personal y la humildad ante Dios.

Rabbi Pesach Wolicki

Rabbi Pesach Wolicki is the Executive Director of Israel365 Action and the author of Verses for Zion and Cup of Salvation: A Powerful Journey Through King David’s Psalms of Praise. Rabbi Wolicki is the host of Eyes on Israel on Real America's Voice Network. He is a regular contributor to Israel365news.com and The Jerusalem Post.

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