Imagina que te vas de acampada, con tienda, brújula y botas de montaña. Estás muy emocionado, pero entonces te das cuenta de que no has metido comida en la maleta, te has olvidado el botiquín y te has dejado los sacos de dormir en casa. Suena estresante, ¿verdad? Pues esta historia no trata sólo de una acampada mal preparada, sino que es una metáfora de la vida misma.
Al igual que un campista necesita las herramientas y los preparativos adecuados para prosperar en el desierto, nosotros también necesitamos las herramientas espirituales y la orientación adecuadas para la expedición de la vida. En lo que respecta al calendario hebreo, el mes de Tishrei nos proporciona nuestro equipo de acampada definitivo, preparándonos para el viaje del año que tenemos por delante.
Si el calendario hebreo tuviera su propio foco, brillaría más en Tishrei. Este mes, considerado el séptimo a partir de Nisán, da comienzo al año judío y es muy intenso en cuanto a fiestas. Empieza con Rosh Hashaná (el Año Nuevo judío), continúa con los Diez Días de Arrepentimiento que conducen al Yom Kippur (Día de la Expiación) y termina con los días festivos de Sucot (Fiesta de los Tabernáculos) y Simjat Torá. Eso es mucha celebración, examen de conciencia y, seamos sinceros, ¡comida!
¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios incluyó tantos días especiales en Tishrei? Esta pregunta cobra aún más fuerza si tenemos en cuenta que el mes que le sigue, Jeshván, no contiene ninguna festividad. Parece un poco desigual, ¿no? Entonces, ¿por qué planificó Dios el año de esta manera?
El rabino Yossi Braun explica que el mes de Tishrei nos prepara para todo el año. Imagina que llenas tu bolsa de acampada antes de salir al desierto. Empacas todo lo que vas a necesitar: un mapa, comida y una linterna. Eso es exactamente lo que significa Tishrei: aprovisionarse de todo lo esencial para el viaje que nos espera. Tishrei no es un mes más, es el primer mes del nuevo año y, por tanto, está repleto de todos los elementos espirituales esenciales que necesitamos para pasar el año que tenemos por delante:
- Rosh Hashaná: Aceptación de la Soberanía de Dios y admiración del Cielo
- Yom Kippur: Arrepentimiento
- Sucot: Alegría y fiesta
- Simjat Torá: Dedicación a la Torá.
Volvamos a nuestra historia de acampada. Supongamos que has hecho bien las maletas y ahora sales al camino. Esto es lo que representa Jeshván, el mes que sigue a Tishrei. Es el mes en el que cumples lo que dices, poniendo en práctica todo el equipo espiritual que empacaste en Tishrei. Tishrei, con su riqueza de fiestas y tradiciones, nos equipa para el viaje. Nos arma con las necesidades espirituales, permitiéndonos atravesar las vicisitudes de la vida con fe, propósito y resistencia. Jeshván, desprovisto de fiestas, nos desafía a aplicar lo que hemos aprendido, interiorizado y celebrado.
Así pues, a medida que avanzamos en el mes de Tishrei, es hora de preguntarse: ¿He hecho bien las maletas para el año que empieza? Con fe, propósito y la preparación adecuada, estarás preparado para los retos y las alegrías que te esperan.
¡Feliz acampada, y que tu viaje a lo largo del año sea significativo y satisfactorio!
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