Según la Biblia, el paisaje en torno al Mar Muerto cambió con la destrucción de Sodoma y Gomorra, que convirtió el fértil valle en un páramo desértico. Sin embargo, la profecía bíblica promete que, en el Fin de los Días, Dios invertirá la maldición y el agua dulce fluirá hacia el este desde el Mar Muerto hasta Jerusalén.
Lo sorprendente es que, en los últimos años, muchos afirman que las profecías de Ezequiel se están haciendo realidad, con informes increíbles de peces que nadan en los sumideros del Mar Muerto y de agua dulce que fluye hacia el Mar Muerto desde los cráteres hallados en el fondo marino. «Un lugar que en tiempos bíblicos estaba maldito, ahora puedes venir al Mar Muerto, explorar los sumideros y ver peces donde el agua ha retrocedido, cumpliendo así las profecías de Ezequiel, que hablaba de que la tierra florecería y florecería cuando volvieran los judíos», dijo Noam Bedein, del Proyecto para el Renacimiento del Mar Muerto.
El Mar Muerto está, como su nombre indica, muerto. A más de 400 metros por debajo del nivel del mar, es el punto más bajo de la tierra firme. Casi diez veces más salado que el océano, nada puede vivir en el entorno hipersalino del Mar Muerto, o eso pensaban los científicos hasta hace poco.
En 2016, una joven que realizaba una excursión por la naturaleza quedó conmocionada cuando descubrió estanques de agua dulce con peces a orillas del Mar Muerto. Samantha Siegel, una mujer judía que vive en Jerusalén, se encontró con una visión incongruente con poderosas implicaciones: una profecía que aparecía ante sus ojos y que parecía contradecir las leyes de la naturaleza.
Los signos de vida que surgen del Mar Muerto son una señal del Fin de los Días, precisamente como está escrito en Ezequiel 47:8-9:
El agua dulce del Mar Muerto es un claro ejemplo de cómo los profetas pudieron ver cosas que permanecieron ocultas a los científicos durante miles de años. En 2011, un equipo de investigadores de la Universidad Ben Gurion del Negev envió buzos al fondo del Mar Muerto. Esta empresa planteó serias dificultades técnicas, ya que el entorno supersalino hace inoperantes los equipos de buceo normales. Era la primera vez que se realizaba una inmersión de este tipo, y lo que descubrieron fue asombroso.
Los investigadores descubrieron enormes cráteres en el fondo marino, de 15 metros de diámetro y 20 metros de profundidad. De estos cráteres, alfombrados de esteras de microorganismos, manaba agua dulce, lo que demostraba que, después de todo, el Mar Muerto no estaba tan muerto. Los inicios de la profecía de Ezequiel están en su lugar, esperando a brotar.
Las señales de vida en el Mar Muerto demuestran que Dios está revirtiendo la maldición de Sodoma y Gomorra, como prometió Ezequiel. Éste es sólo otro ejemplo de los increíbles milagros que se descubren continuamente con la restauración del Pueblo de Israel en la Tierra de Israel.