Porción de la Torá

La Porción de Matot

Números 30:2-32:42
Porción de la Biblia
La Porción de Matot

La Porción de Matot

Números 30:2-32:42

En esta porción de la Torá, se nos enseña sobre los votos que pueden anularse, sobre la venganza de Dios contra los madianitas y sobre dos tribus que desean elegir a dedo su lote de tierra.

Votos y juramentos

La Torá delinea las leyes de los juramentos en este pasaje. Toda promesa hecha en nombre de Dios es jurídicamente vinculante, y quien viola tal juramento, ya se trate de un compromiso de hacer o abstenerse de hacer algo, es responsable ante Dios.

Sin embargo, hay una excepción. Si una mujer hace un voto, puede ser anulado por otra. Si vive bajo el techo de su padre, éste puede anular su voto el mismo día en que se entere de él. Lo mismo puede hacer el marido. Sin embargo, si su padre o su marido se enteran de su compromiso y no dicen nada, ella es responsable de lo que haya jurado. Si no respeta su juramento, se la considera culpable.

Si su marido reacciona en el momento en que se entera del voto de su mujer, y en virtud de su palabra ella viola su compromiso, él es responsable de su pecado.

Por último, el juramento de una viuda o divorciada no puede deshacerse.

La Biblia de Israel señala lo importante que es la propia palabra basándose en este capítulo. Del mismo modo que Dios cumple las promesas que nos hace, se espera que nosotros cumplamos las nuestras. Hoy podemos ver pruebas de que Dios cumple Su promesa de devolver a Su pueblo a la Tierra de Israel. Esperamos ver el cumplimiento del resto de Su promesa de paz en un futuro próximo.

Puntos para reflexionar

Éste es uno de los muchos casos en que la Torá parece dar precedencia o poder a los hombres sobre las mujeres, aunque justo la semana pasada vimos pruebas, con las hijas de Zelofehad, de que a las mujeres se las valora por igual. ¿Por qué, entonces, crees que se da autoridad a un padre o marido para anular los votos de una mujer?

La batalla contra Madián

Dios ordena a Moisés que dirija a los Hijos de Israel a la batalla contra Madián como venganza por haberles hecho pecar en Baal Peor, tras lo cual Moisés morirá. Sin inmutarse, Moisés ordena a la nación que envíe un ejército de 1.000 soldados de cada tribu para luchar contra este enemigo de Dios. Los combatientes matan a todos los hombres, incluidos los cinco reyes de Madián y Balaam; destruyen las ciudades madianitas y se llevan cautivos a las mujeres y los niños y como botín el ganado y las propiedades.

Moisés reacciona enérgicamente ante los cautivos tomados, ¡diciendo que las mujeres eran las principales responsables de llevar a los israelitas al pecado! Ordena la ejecución de todos los niños varones y de todas las mujeres de edad suficiente para haber estado con un hombre, dejando con vida a las niñas. Reparte el botín entre las fuerzas combatientes y los miembros de la comunidad que se quedaron, tomando una parte de cada uno para Dios. También explica cómo purificar los recipientes acumulados de los madianitas para que puedan ser utilizados por los Hijos de Israel.

Poco después, los soldados se acercan a Moisés. Le dicen que han hecho un censo y han determinado que ni uno solo de los suyos ha caído en la batalla. Con gran temor, desean ofrecer un tributo a Dios a cambio de las almas que Él perdonó. El regalo consiste en vasijas de oro y joyas.

Puntos para reflexionar

La Torá nos dice por qué Moisés ordena ejecutar a las mujeres. ¿Por qué crees que manda matar también a los muchachos?

Al otro lado del Jordán

Cuando la nación se prepara para entrar en la Tierra Prometida, las tribus de Rubén y Gad se acercan a Moisés con una propuesta. Están cargados de ovejas y ganado, y se han dado cuenta de que las tierras recién conquistadas a este lado del río Jordán son aptas para el ganado. En vez de que se les dé una porción de la tierra de Canaán, piden en su lugar las tierras conquistadas.

Moisés ve en su petición un indicio del pecado de sus padres al rechazar la tierra. ¿Por qué si no querrían quedarse a este lado del río? Para disipar cualquier posible temor de que estén eludiendo sus responsabilidades, Rubén y Gad insisten en que ayudarán en la conquista. De hecho, si se les permite construir corrales para sus animales y casas para sus familias, liderarán la batalla en la tierra de Canaán.

Moisés accede a su petición modificada, estipulando que, una vez que construyan casas para sus familias y corrales para sus animales, si dejan de luchar junto a sus hermanos, sufrirán por sus pecados. De esta insistencia aprendemos una importante lección de responsabilidad, señalada por la Biblia de Israel. Aunque estas tribus ya tenían sus hogares, no se les permitió establecerse hasta que todos los miembros de la nación tuvieran un lugar. Además, Moisés incluye a la mitad de la tribu de Manasés para que viva junto a ellos.

Puntos para reflexionar

¿Por qué crees que la mitad de la tribu de Manasés, que no pidió vivir en esta región, recibe una parte en la orilla oriental del Jordán? ¿Por qué a Manasés y no a otra tribu?

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