ראש השנה
Rosh Ha-sha-NAH
"La 'cabeza' del año"
Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, se traduce como «Cabeza del Año», destacando su papel fundamental como punto de partida del ciclo anual. En un reflejo simbólico del control de la cabeza sobre el cuerpo, las acciones realizadas en Rosh Hashaná tienen un profundo significado, pues determinan la trayectoria del año venidero. Esta fiesta marca un periodo de juicio y revisión divinos, en el que Dios evalúa el comportamiento de todos Sus súbditos y determina sus destinos para el año venidero.
Pero Rosh Hashaná no sólo tiene que ver con la reflexión personal y el juicio divino. Es un día en que la comunidad judía corona colectiva y simbólicamente a Dios como Rey del Universo. Este acto de coronación no es un mero gesto ceremonial, sino un profundo reconocimiento de la soberanía y autoridad de Dios sobre todos los aspectos de la vida. La coronación subraya la profunda conexión espiritual y el compromiso del pueblo judío con Dios, significando la aceptación de la realeza de Dios de nuevo cada año.
El toque del Shofar durante Rosh Hashaná sirve como proclamación, declarando a Dios como nuestro Rey y afirmando nuestra devota lealtad a Él. Aunque se caracteriza por el juicio, Rosh Hashaná también está impregnado del inmenso amor que Dios siente por Su pueblo.
Tal como se articula en las oraciones de Rosh Hashaná, el día se desarrolla con una evaluación celestial, cuando «todos los habitantes del mundo pasan ante Dios como un rebaño de ovejas». Se dictan decretos en la corte celestial, en los que se esbozan los destinos de los individuos, incluidos los asuntos de la vida, la muerte, la prosperidad y la adversidad.
Más allá de la solemnidad del juicio, Rosh Hashaná es un día de oración, que ofrece la oportunidad de suplicar al Todopoderoso un año lleno de paz, prosperidad y bendiciones. A pesar de su trasfondo serio, también es una ocasión alegre, marcada por la proclamación de Di-s como Rey del Universo. Según las enseñanzas cabalísticas, la existencia continuada del universo depende del deseo permanente de Dios de un mundo, deseo que se renueva cuando aceptamos colectivamente Su realeza de nuevo cada año en Rosh Hashaná.
Oír el toque del cuerno de carnero (shofar ) – El mandamiento central de Rosh Hashaná es oír el shofar. La Torá ordena un mínimo de nueve toques de shofar, pero debido a la incertidumbre sobre el sonido específico -si debe ser un grito quejumbroso(Shevarim), un llanto sollozante(Teruah) o una combinación(Shevarim-Teruah)- se realizan los tres. Cada sonido va precedido y seguido de una explosión ininterrumpida, Tekiah, lo que da un total de 30 explosiones para cumplir el precepto de la Torá sin ninguna duda.
Es crucial que el shofar se sople durante las horas diurnas, con todos de pie y con la intención de cumplir con su obligación. Antes de soplar, se recitan dos bendiciones: «Para oír el sonido del shofar» y«She’hechianu«. Tras las bendiciones, se guarda silencio hasta el final del toque del shofar.
Durante la repetición del servicio de Musaf por parte del cantor, se soplan 30 toques adicionales en diversas combinaciones. La práctica habitual implica 40 toques adicionales al final del servicio, hasta un total de 100. El último toque, conocido como«Tekiah Gedolah«, suele prolongarse para darle mayor significado.
Alimentos Simbólicos (Simanim) para un Feliz Año Nuevo – En Rosh Hashaná, tomamos alimentos simbólicos que representan nuestras esperanzas para el año venidero, contemplando sus significados y conectando con la Fuente de todas las bendiciones. Siguiendo una lista talmúdica, consumimos alimentos como puerros, remolachas, dátiles, calabazas y granadas, cada uno acompañado de una oración que expresa deseos específicos, como la eliminación de adversarios o el aumento de méritos. Tradicionalmente, empezar la comida con rodajas de manzana mojadas en miel simboliza el deseo de un año bueno y dulce. Algunos también consumen partes de un pez o una cabeza de carnero, expresando el deseo de ser un líder, no un seguidor. Otros alimentos tradicionales, como las granadas y las zanahorias, simbolizan deseos de abundancia y prosperidad. Es costumbre evitar los frutos secos y los alimentos picantes y a base de vinagre, mientras que en la segunda noche se come una «fruta nueva» antes de partir el pan para marcar la nueva estación y expresar la esperanza de renovación.
Tashlich – En la primera tarde de Rosh Hashaná, excluyendo el Shabat, es costumbre visitar una masa de agua -ya sea un océano, un río, un estanque u otro lugar similar- y participar en el Tashlich ceremonia. Durante este ritual, las personas arrojan simbólicamente sus pecados al agua, evocando el versículo bíblico: «Y arrojarás sus pecados a las profundidades del mar». La oración de Tashlich sirve como acto simbólico de desechar los propios errores, haciendo hincapié en el enfoque judío de profunda introspección y auténtico compromiso de cambio. Esta tradición también se asocia a la conmemoración del relato midráshico de Abraham vadeando el agua hasta el cuello durante la Akeida, el atamiento de Isaac. En los casos en que Rosh Hashaná coincide con Shabat, la ceremonia de Tashlich se pospone al segundo día. Además, si no se recitó Tashlich en el mismo Rosh Hashaná, sigue siendo lícito realizar el ritual en cualquier momento durante los Diez Días de Arrepentimiento.
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