La cola del aeropuerto de Newark era larga, lo que me dio tiempo de sobra para hablar con una mujer israelí laica que también esperaba para facturar. Tras el 7 de octubre, había tomado la dolorosa decisión de marcharse de Israel a Estados Unidos. ¿Su razonamiento? El brutal atentado de Hamás demostró que vivir en Israel era sencillamente demasiado peligroso. «Hamás es más malvado que los nazis», insistía, una afirmación que yo no podía discutir. Sin embargo, su conclusión -que la respuesta lógica era el abandono de Tierra Santa- me pareció fundamentalmente equivocada. No comprendía la naturaleza de la relación de Israel con la Tierra ni el mandato divino de vivir en ella.
En Génesis 26:3, Dios ordena a Isaac durante una época de hambre:
La palabra hebrea utilizada aquí es «gur» -permanecer o vagar-, lo que plantea una pregunta intrigante: Si Dios está ordenando a Isaac que permanezca en la tierra de Israel durante una hambruna, ¿por qué le dice que «more»(gur) en lugar de «habite»(dar)?
Para comprender el significado de la redacción de este versículo, debemos examinar su contexto: Una grave hambruna asolaba la tierra, exactamente el tipo de crisis que llevaría naturalmente a la gente a buscar refugio en otro lugar. Isaac, siguiendo el ejemplo de su padre Abraham, contempló la posibilidad de viajar a Egipto, donde abundaba la comida. Sin embargo, Dios interviene con esta orden: gur-sojourn, vaga por Israel en busca de comida si es necesario, pero no abandones esta tierra.
Este mandato divino no deja lugar a interpretaciones erróneas. Dios no dice «establécete cómodamente» o «prospera sin desafíos». En lugar de eso, Él reconoce la dificultad, pero exige presencia a pesar de las dificultades. La instrucción es inequívoca: Incluso cuando tengáis que vagar por la tierra en busca de sustento, incluso cuando la comodidad os resulte esquiva, debéis permanecer en Israel.
¿Por qué? Porque Israel no es simplemente otra parcela de tierra. La tierra misma está ligada al destino judío: a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras. La presencia de Isaac, incluso como errante, establecería una pauta para todas las generaciones futuras. El pacto exigía la presencia física, no la comodidad. El versículo no significa que los judíos vayan a sufrir siempre en la tierra de Israel. Pero sí significa que Dios quiere que estemos allí, incluso cuando debamos«gur», vagar, por la Tierra. El compromiso de permanecer trasciende las dificultades temporales.
Dios no nos ordenó vivir en Israel para que nuestra vida fuera fácil. Israel se encuentra en la encrucijada de Asia y África, en la región quizá más peligrosa de Oriente Próximo. Esto no fue un error de la geografía divina. Más bien, Dios nos ordena estar en Israel precisamente porque a través de estas dificultades nos convertimos en la nación que estamos destinados a ser. Las dificultades no son accesorias a nuestra vocación: son esenciales para ella. Las luchas forjan nuestro carácter nacional y nuestra resistencia espiritual de un modo que la comodidad nunca podría.
El activista de las redes sociales Hillel Fuld se dirigió recientemente a los judíos estadounidenses que citan la preocupación por la seguridad como motivo para evitar trasladarse a Israel: «Claro que Israel está en guerra, pero en Israel sabemos quién es nuestro enemigo, podemos defendernos y la forma de tomar represalias está en nuestras manos. En Israel, las FDI tienen la misión de protegerte. Esa misión fracasó el 10/7 y no hay nada que lo endulce. Pero sigue habiendo una misión. Cuando tus hijos crezcan y oigan que abandonaste a tus hermanos y hermanas en medio de una guerra existencial… No te lo agradecerán. Se sentirán disgustados porque no te uniste a tu familia en Israel cuando más te necesitaban».
Hoy, cuando caen misiles y los enemigos amenazan la existencia de Israel, el mandato de gur adquiere una urgencia renovada. La mujer del aeropuerto de Newark buscó seguridad huyendo de la tierra, pero la palabra de Dios exige una presencia fiel. El camino de la alianza nunca ha sido el camino de la comodidad.
El mandato de «habitar en esta tierra» se dirige a todos los que depositan su fe en la Biblia. Lo que Dios dijo a Isaac se aplica igualmente hoy: ¡Ven a Israel! ¡ Gur! Especialmente en estos tiempos difíciles. A través de Israel365 Tours, puedes caminar por donde una vez estuvieron Abraham, Isaac y Jacob, mientras conectas no sólo con la tierra, sino con el pueblo de Israel. Nuestros viajes se centran en encuentros significativos con las comunidades locales, lo que te permite fortalecer la nación de forma tangible cuando tu presencia es más importante. Cuando visitas Israel en tiempos difíciles, te unes a una tradición que comenzó con Isaac durante la hambruna. Te conviertes en un cumplimiento moderno del mandato divino de gur. No se trata de comodidad o seguridad, sino de alianza. Cuando hoy estás en Israel, declaras con tus pies lo que Dios declaró a Isaac hace miles de años: Esta tierra importa. Este pueblo importa. Y frente a los enemigos que buscan su destrucción, tu presencia se convierte en un acto de desafío contra el mal y en un testamento del Dios que cumple Sus promesas para siempre.