El arte del engaño necesario

diciembre 12, 2024
Sidney Alley Beach, Herzliya

¿Te has enfrentado alguna vez a una situación en la que decir toda la verdad podría conducir al desastre? Este dilema moral está en el corazón de uno de los personajes más fascinantes de la Biblia: Jacob, a quien el profeta Miqueas describe como la encarnación de la verdad misma: «Mostrarás la verdad a Jacob» (Miq 7,20). Sin embargo, este mismo hombre, cuya esencia misma está asociada a la verdad, sigue un camino que, a veces, parece serpentear entre las sombras del engaño.

En una poderosa confrontación con su suegro Labán, el verdadero carácter de Jacob resplandece cuando declara:

Esta apasionada defensa revela a un hombre de profunda integridad en sus negocios, meticulosamente honesto en sus responsabilidades de pastor.

Sin embargo, este mismo Jacob obtuvo la primogenitura de su hermano mediante la astucia, recibió la bendición de su padre mediante el disfraz y, al parecer, engañó a su hermano Esaú para que se reuniera con él en Seir. ¿Cómo conciliamos estas aparentes contradicciones con el retrato que hace Miqueas de Jacob como el máximo ejemplo de la verdad? La respuesta está en comprender lo que significa realmente ser «recto ante Dios».

El rabino Yaakov Kamenetsky ofrece una comprensión matizada que transforma nuestra perspectiva. Sugiere que la propia verdad debe manejarse con sabiduría. Considera un escenario: si una persona perseguida busca refugio en casa de alguien, y su perseguidor pregunta por su paradero, ¿revelar su ubicación serviría realmente a la justicia? A veces, sostiene el rabino Kamenetsky, hay que emplear estrategias astutas al enfrentarse a engañadores peligrosos.

Esta comprensión adquiere una resonancia aún más profunda cuando examinamos el trascendental cambio de nombre de Jacob tras luchar con el ángel. Su nombre original, יעקב (Jacob), tenía un doble significado: reflejaba tanto su tendencia inicial a agarrar el talón de Esaú -lo que sugería una naturaleza pasiva y seguidora- como la noción de engaño, ya que el propio Esaú se quejó: «Me ha engañado estas dos veces», utilizando una palabra hebrea para engañar que tiene la misma raíz que el nombre hebreo de Jacob. Pero tras su lucha transformadora, recibe el nombre ישראל (Israel), que conlleva un profundo significado:

El rabino Shlomo Ephraim Luntschitz, conocido como el Kli Yakar, ofrece una brillante interpretación de este nuevo nombre, sugiriendo que ישראל (Israel) puede descomponerse en dos componentes: ישר, que significa «recto» o «derecho», y א-ל, uno de los nombres de Dios. Así pues, Israel significa literalmente «recto ante Dios». No se trataba simplemente de un nuevo nombre, sino de un reconocimiento divino de la verdadera esencia de Jacob. A pesar del camino aparentemente torcido que había tomado su vida, su corazón permaneció recto ante Dios. Sus acciones, aunque parecían engañosas a los ojos humanos, eran en realidad manifestaciones de servicio divino, guiadas por una verdad superior.

En nuestro mundo moderno, donde los absolutos a menudo chocan con realidades complejas, la transformación de Jacob de יעקב a ישראל ofrece una visión profunda: la verdadera integridad no se mide por cómo aparecen nuestras acciones a los ojos humanos, sino por su alineación con la verdad divina. El propio nombre ישראל nos enseña que ser «recto» no siempre significa tomar el camino más obvio, sino garantizar que nuestras acciones, independientemente de lo que parezcan, estén dirigidas a servir a los propósitos de Dios. Esta comprensión más profunda nos ayuda a apreciar por qué Miqueas eligió a Jacob como símbolo de la verdad: no porque nunca se implicara en engaños, sino porque sus acciones siempre se alineaban con la verdad divina, incluso cuando a los observadores humanos les parecían lo contrario.

Esta evolución de Jacob a Israel representa no sólo una transformación personal, sino una lección universal sobre la naturaleza de la propia verdad: que debe perseguirse no sólo con pasión, sino con sabiduría, valor y un compromiso inquebrantable de ser ישר, recto y recto, a los ojos del Juez Divino, que ve nuestras verdaderas intenciones. A veces, el camino que parece torcido a los ojos humanos puede ser el más recto para cumplir la voluntad de Dios.

Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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