Todos los años, el pueblo judío lee el Libro de Rut en la festividad de Shavuot (Pentecostés), que cae hacia finales de mayo o principios de junio. Shavuot es una de las tres fiestas centrales de peregrinación, y es el día en que el pueblo judío experimentó la revelación y recibió la Torá de Dios en el monte Sinaí. Pero, ¿por qué leemos el Libro de Rut -un libro que no parece tener ninguna relación con la entrega de la Torá en el monte Sinaí- el día en que conmemoramos la entrega de la Torá?
La entrega de la Torá fue el momento más importante de la historia de la civilización, no sólo para los judíos, sino para toda la humanidad. Los Sabios se preguntaban por qué, si la Biblia es tan sagrada, no se entregó en Tierra Santa. ¿Por qué se dio la Biblia en un desierto y no en la Tierra de Israel? Explican que, puesto que Israel es la patria judía, si la Biblia se hubiera dado en Jerusalén habría pertenecido exclusivamente al pueblo judío. Por ello, Dios eligió transmitir Su código moral en una montaña estéril del desierto sin dueño, para subrayar que Su Palabra no sólo está destinada al pueblo de Israel, sino a toda la humanidad, porque Sus instrucciones son la clave de la felicidad y la supervivencia humanas.
En el Libro de Rut, la princesa moabita Rut forja su propio camino hacia el Monte Sinaí a través de su relación con su suegra judía Noemí. Rut está asociada a la festividad de Shavuot porque, con gran abnegación, encuentra su camino hacia la verdad última de la Torá. Como ella declara conmovedoramente a Noemí
Esta experiencia redentora lleva a Rut a unirse al pueblo judío y a aceptar la Biblia como propia. Al hacerlo, Rut allanó el camino para que todo el mundo reconociera a Dios y la Torá que Él entregó en el monte Sinaí en la festividad de Shavuot.