Calcular el coste

septiembre 8, 2024
Ripe pomegranates growing on a farm in Israel.

Hay una tendencia en las redes sociales que se burla de la gimnasia mental que hacemos los padres para salir de casa a tiempo. Se llama «Matemáticas de mamá». Es algo así Tenemos que estar en la fiesta de cumpleaños a las 16:30. Tardamos 22 minutos en llegar, más 8 minutos por el tráfico. Esto significa que tenemos que estar en el coche a las 4:00. Para estar en el coche a las 16:00, tenemos que salir de casa a las 15:50. Todo el mundo tiene que ir al baño, tomar un tentempié y hay que tener en cuenta al menos una rabieta… Así que, para estar en la fiesta de las 16:30, tengo que empezar a preparar a la familia a las… 14:00.

Es gracioso porque es verdad. Y ahora que se acercan las fiestas judías, me gustaría presentarte un nuevo tipo de matemáticas: Matemáticas de Anfitrión.

Imagínate esto: Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, es una fiesta de tres días este año en Israel: dos días para la fiesta propiamente dicha, más un día más para el Shabat. Una semana después llega el Yom Kippur, seguido de Sukkot, otro Shabat, y luego Simchat Torá. Cada día de fiesta en Israel tiene al menos dos comidas festivas. Son 6 comidas para Rosh Hashaná, 2 para Yom Kipur (antes del ayuno y en el descanso) y otras 6 para Sucot, Shabat y Simjat Torá. Un gran total de… 14 grandes comidas en sólo un mes.

Por supuesto, esto tiene un coste económico y mental. No me malinterpretes: es uno de los momentos más festivos y significativos del año. Pero puede ser mucho. Estoy agradecida por el apoyo de la familia y los amigos, por las comidas en grupo y por poder cocinar en grandes cantidades, lo que ayuda a aliviar la presión económica.

Pero no todo el mundo puede permitirse ese lujo.

Esto me hizo pensar en la pobreza en la Biblia y en lo que las Escrituras enseñan sobre ayudar a los necesitados, especialmente en tiempos de celebración.

A lo largo de la Biblia, vemos innumerables ejemplos de hospitalidad y provisión para los necesitados. Estos relatos nos recuerdan que cuidar de los demás no es sólo una obligación moral, sino también una parte esencial de nuestra fe.

Tomemos, por ejemplo, la historia de Abraham y los tres visitantes.

Cuando tres desconocidos llegan a su tienda en pleno calor del día, Abraham les ofrece inmediatamente agua para lavarse los pies, un lugar donde descansar y una comida preparada con lo mejor que tiene. Su generosidad con los desconocidos, que más tarde se revelan como ángeles, refleja los valores profundamente arraigados de la bondad y el cuidado. Incluso cuando los recursos son limitados, Abraham demuestra que compartir lo que tenemos con los demás es un acto fundamental de rectitud.

También lo vemos en la historia de Booz y Rut.


Como rico terrateniente, Booz demuestra una extraordinaria bondad hacia Rut, una pobre viuda moabita. Le permite espigar en sus campos y ordena a sus trabajadores que le dejen grano extra para que lo recoja. Este acto de generosidad no sólo es una aplicación práctica de la ley bíblica que permite a los pobres espigar en los campos, sino que también es un ejemplo para todos nosotros: dejar espacio en nuestras vidas para los necesitados, compartir nuestra abundancia.

Incluso en circunstancias más difíciles, las figuras bíblicas muestran cómo podemos ayudar a los demás. Cuando Elías se encuentra con la viuda de Sarepta durante una grave hambruna:

Se le acaba la harina y el aceite. Sin embargo, lo comparte con Elías y, a cambio, Dios proporciona un suministro inagotable de harina y aceite para ella, su hijo y Elías. Esta narración ilustra las bendiciones que se derivan de compartir lo poco que tenemos, incluso cuando parece que no tenemos nada que dar.

Lo que la Biblia nos dice, una y otra vez, es que proveer a los demás no es sólo un deber, sino un profundo acto espiritual que aporta alegría y bendición. El ejemplo más conmovedor de ello es que el propio mandato de celebrar nuestras fiestas con alegría va acompañado del mandato de compartir esa alegría con los demás.

Al entrar en una época de celebraciones, recordemos a quienes tienen dificultades para permitirse comidas y reuniones festivas. Considera cómo puedes ampliar tus propias «matemáticas de anfitrión» para hacer sitio a los demás. Esto podría significar contribuir a organizaciones que proporcionan comidas y apoyo a familias de Israel, patrocinar paquetes navideños para quienes luchan por llegar a fin de mes, o incluso apoyar iniciativas que ayuden a llevar alegría y comunidad a quienes podrían estar solos durante la temporada festiva. Estés donde estés, los pequeños actos de generosidad pueden marcar una diferencia significativa para los necesitados.

Nuestra fe nos llama a celebrar y a asegurarnos de que todos puedan participar de la alegría. Tomemos a pecho las lecciones de estas historias bíblicas y busquemos formas de abrir nuestros corazones y nuestros hogares a los necesitados, convirtiendo nuestra propia abundancia en una bendición para los demás.



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Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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