Tras el exilio babilónico, cuando Ciro decretó que los judíos podían volver a Jerusalén y reconstruir el Templo, Esdras condujo a un grupo de judíos de vuelta a la tierra y reforzó las leyes de la Torá. Se convirtió en el principal dirigente de la comunidad judía de Israel, combatiendo la asimilación, promoviendo la educación judía y restableciendo un sistema de justicia adecuado.