Lo único que se sabe de Abiram, hijo de Hiel el betelita, es que murió a consecuencia de que su padre reconstruyera descaradamente la ciudad de Jericó. En Josué 6:26, después de conquistar y destruir Jericó, Josué maldijo a cualquiera que intentara reconstruir Jericó: «Maldito sea de Hashem el hombre que emprenda la fortificación de esta ciudad de Jericó: echará sus cimientos a costa de su primogénito, y levantará sus puertas a costa de su hijo menor». Esto es, en efecto, lo que le sucedió a Abiram.