Raquel y el camino hacia la redención

noviembre 4, 2025
Women praying in Rachel's Tomb outside the Judean Town of Efrat, (Shutterstock)

La semana pasada fue el yahrzeit de Raquel, la Matriarca. El aniversario de su muerte. Para ser sincera, no suelo estar al día de los diversos yartzheits de nuestros antepasados bíblicos. Aunque no hay ningún mandamiento que nos obligue a marcar estas fechas, puede ser muy significativo para las personas que lo hacen. Todo esto viene a decir que, personalmente, nunca había prestado mucha atención al yahrzeit de Raquel, es decir, hasta este año.

Tal vez porque mis redes sociales estaban inundadas de actos en su honor. Desde cocciones masivas de challah por parte de mujeres hasta conmovedores conciertos de oración, pasando por miles de mujeres que viajaban a la Tumba de Raquel, a las afueras de Efrat, para rezar. Por sus vidas, sus familias, su futuro. Mujeres que derraman lágrimas, como se sabía que hacía Raquel.

Entonces, ¿quién era Raquel y por qué su recuerdo sigue conmoviéndonos tan profundamente?

La Biblia presenta a Raquel como amada, hermosa y ferozmente amada a cambio. Jacob la conoce en el pozo, se enamora de ella y trabaja siete años para casarse con ella. Pero la noche en que debía estar bajo el palio nupcial, la vida da un vuelco y su padre entrega a su hermana Lía a Jacob en su lugar.

La historia de Raquel está llena tanto de anhelo como de luz. Anhela tener hijos, espera, tiene esperanzas, reza y, finalmente, trae al mundo a su primogénito, José. Y entonces, inmediatamente después de dar a luz a su segundo hijo, Benjamín, muere en el camino, no en la comodidad ni en su hogar, y no para ser enterrada con el resto de su familia. Sin embargo, su historia en particular no se desvanece. El profeta Jeremías da a su voz vida eterna. Llora por sus hijos, y Dios le promete que un día volverán.

De todo lo que sabemos de ella, las Escrituras eligen esta cita, de Jeremías, como su versículo definitorio.

¿Por qué?

¿Por qué la Biblia inmortaliza a Raquel no en su alegría, sino en su dolor? ¿No sólo en la maternidad, sino en su negativa a ser consolada por sus hijos?

Para comprender lo que significa realmente el legado de Raquel, examinamos un momento que revela su carácter con la mayor claridad.

La Sra. Sepha Kirschblum, una extraordinaria biblista, enseña una serie de ocho vídeos ahora en Biblia Plus. Se trata de un profundo estudio del carácter de Raquel y Lea y de su relación mutua. Y es aquí donde se pone de manifiesto la grandeza de Raquel.

Sefá comparte una enseñanza de los sabios, una tradición midráshica recogida por Rashi, según la cual Iaakov y Rajel crearon señales secretas, previendo que Laván intentara engañarlos. Pero cuando Raquel se dio cuenta de que su padre enviaba a Lea en su lugar, se enfrentó a un momento imposible.

He aquí el momento, descrito en el curso de Sepha:

«Rachel podría haberse protegido. Podría haber insistido en su lugar. En lugar de eso, según los sabios, dio las señales a su hermana para que Lía no fuera humillada públicamente. Estaba dispuesta a perderlo todo antes que permitir que su hermana sufriera vergüenza».

Es uno de los actos más devastadores y a la vez dignos de la Torá.

La grandeza de Raquel no se encuentra en la victoria, sino en la moderación.
No en ser elegida, sino en elegir la bondad.
No en el triunfo, sino en proteger la dignidad ajena a costa de su propia alegría.

Sus lágrimas comenzaron mucho antes de que Jeremías las oyera. Comenzaron la noche en que se apartó con amor y misericordia.

No es de extrañar que los profetas nos digan que, cuando Dios reúne a los exiliados, se dirige primero a Raquel. Sólo alguien que lloró por otro puede convertirse en aquél cuyas lágrimas rediman a todos. Raquel se niega a aceptar la pérdida permanente. Se niega a dejar de creer en el retorno y la redención.

La memoria de Rachel pertenece no sólo a las madres, sino a todos los que han esperado, que han albergado esperanzas, que han sostenido el amor en formas complicadas, que han cargado con el dolor. Su historia honra a aquellos cuyas oraciones siguen desarrollándose, cuyas vidas incluyen capítulos que no eligieron, y que siguen caminando hacia delante con ternura en lugar de amargura.

Sus lágrimas no son desesperación. Son protesta. Son una profunda fe en Dios. Y Dios responde a su rechazo con una promesa.

«Hay recompensa por tu trabajo. Tus hijos volverán a casa».

Raquel nos recuerda que la esperanza es un trabajo sagrado. Que la rendición puede ser fortaleza. Y que la compasión puede mover la historia. Nos enseña que la grandeza consiste en negarse a endurecer el corazón, incluso cuando la vida duele. A veces es llorar, no porque hayas perdido la fe, sino porque te niegas a dejar de creer.

Esta idea, y muchas otras similares, proceden del curso:

Raquel y Lea: Hermandad, lucha y fortaleza espiritual
Por la Sra. Sepha Kirschblum, ahora en streaming en Bible Plus.

Biblia Plus ofrece actualmente cientos de vídeos sobre temas de la Biblia hebrea. Desde repasos de los Cinco Libros de Moisés, los Profetas y los Escritos, hasta estudios en profundidad de los personajes, con nuevos contenidos añadidos mensualmente. Las suscripciones cuestan 14 $ al mes o 119 $ al año en bible-plus.com.

Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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