El Salmo de Elul

agosto 25, 2025
Sunset in the Negev Desert (Shutterstock)

El mes de Elul llega silenciosamente, pero con un peso que todo judío siente. El verano se acaba, se acercan las Altas Fiestas y, con ellas, la impresionante conciencia de que se abren las puertas del juicio. Cada mañana suena el shofar, que nos recuerda el arrepentimiento y la renovación. Y en la sinagoga, otro sonido llena el aire: el Salmo 27. Las palabras del Salmo de David marcan el tono de las semanas previas a Rosh Hashaná, Yom Kippur y Sucot. Hablan de miedo y enemigos, pero también de valor y esperanza. Nos recuerdan que, incluso en tiempos de temblor, hay una fuente de fuerza superior a nosotros mismos.

El rey David comienza con una pregunta descarnada: ¿Mimi ira? «¿A quién temeré?» El miedo es real. Y David, un rey guerrero, no era ajeno al peligro. Su salmo no niega la existencia de enemigos, batallas y pruebas. Las reconoce. Pero su declaración es que el miedo no le dominará, porque su ancla está en Dios. Este mensaje resuena durante la Alta Fiesta. ¿Qué significa vivir sin miedo cuando nos rodea el peligro? ¿Nos está enseñando David a ignorar la realidad, o nos está mostrando que la confianza en Dios transforma nuestra forma de afrontar la realidad?

El Midrash nos ayuda a comprenderlo relacionando el salmo con las fiestas que llenan esta estación. Ori – «mi luz»- es Rosh Hashaná, el día en que el juicio de Dios resplandece e ilumina nuestros actos. Yishi – «mi salvación»- es Yom Kippur, cuando Dios concede el perdón y la redención. Y más adelante, David proclama: Ki yitzpeneni b’suko b’yom ra’ah: (Salmo 27:5).

Este versículo apunta directamente a Sucot, la fiesta del cobijo divino. En un salmo está contenido todo el viaje de Tishrei: el temblor de Rosh Hashaná, la purificación de Yom Kippur y la alegría de Sucot. Por eso este salmo se ha convertido en la oración de la temporada.

Aquí hay otra capa. El nombre de Dios, Adonai, aparece trece veces en este salmo. Los Sabios consideraron que no se trataba de un accidente, sino de una alusión a los Trece Atributos de Misericordia revelados a Moisés cuando consiguió el perdón para Israel tras el pecado del Becerro de Oro (Éxodo 34:6-7).

Del mismo modo que Moisés subió a la montaña e hizo descender la misericordia, también en este tiempo elevamos nuestras oraciones con la esperanza del perdón. Cada recitación del nombre de Dios es en sí misma un acto de adhesión a la misericordia.

Sin embargo, el corazón de David anhela algo más que la protección contra los enemigos. Expresa una única petición:

Lo que David desea no es el poder, la riqueza o incluso la victoria militar, sino la cercanía a Dios. Su anhelo es contemplar la belleza de Dios y acercarse a Su Templo. Ésta es la esencia de Elul. El arrepentimiento, la teshuvah, no tiene que ver simplemente con la culpa o el miedo; consiste en volver a Dios, en volver nuestro rostro hacia Él como Él vuelve el suyo hacia nosotros. El salmo capta perfectamente esta intimidad:

El resultado es que Elul se convierte en una estación tanto de juicio como de misericordia, de temblor y alegría. La tradición judía describe a Dios durante este mes como un rey en el campo, haciéndose accesible a todo sujeto que se acerque. El juicio es real, pero también lo es el perdón. El miedo es real, pero también lo es la confianza. David conocía ambas realidades: el campo de batalla y el santuario. Se enfrentó a enemigos a su alrededor y a dudas en su interior, y aun así terminó el salmo con un valor inquebrantable:

Esa línea final no es simplemente poética. Es una instrucción sobre cómo atravesar Elul y Tishrei, cómo afrontar los días del juicio y emerger con fuerza. El Salmo 27 no es una canción de consuelo fácil, sino de valor en la lucha, de búsqueda en el miedo y de refugio en las tormentas. Su mensaje es claro: la luz, la salvación y el refugio sólo proceden de Dios. Nuestra tarea consiste en afrontar el miedo con fe, arrepentirnos con anhelo y acercarnos al juicio con confianza en la misericordia. Al recitar estas palabras cada día de Elul, nos unimos al rey David y declaramos con fuerza «Yahveh es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?».

Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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