Yo soy Hashem, Tu Sanador

abril 28, 2025
The Beautiful Mediterranean Ocean

Cuando estaba en cuarto curso, nuestro profesor nos dio una tarea que nunca he olvidado: crear un acrónimo utilizando nuestro propio nombre. Recuerdo haber elaborado cuidadosamente el mío: Sara: «Spunky, Artistic, Resourceful, Adventurous». Había considerado «Altruista» para la A (acababa de añadir con orgullo esta impresionante palabra a mi vocabulario), pero «Aventurera» me pareció más honesta a los nueve años. Desde aquel ejercicio de clase, los acrónimos me han fascinado: transforman nombres corrientes en recipientes de significado, revelando el carácter en una taquigrafía casi divina.

Esta hermosa tradición de encontrar significado en las letras se extiende más allá de los recuerdos personales hasta nuestro calendario sagrado. Hoy se celebra Rosh Jodesh Iyar, el comienzo del mes hebreo de Iyar. Aunque no todos los meses de nuestro calendario llevan una sigla, Iyar tiene una designación especial que revela el carácter de Dios de un modo poderoso.

¿Qué mensaje oculto nos revela Dios en este mes concreto? ¿Por qué el Creador da tanta importancia a lo que podría parecer un periodo ordinario entre Pascua y Shavuot?

El nombre «Iyar» (אִיָּיר) forma un acrónimo que habla directamente a quienes buscan la restauración: Ani Adonai Rofecha – «Yo soy el Señor, tu sanador». Estas palabras se hacen eco de la promesa divina registrada en el Éxodo después de que los israelitas cruzaran el Mar Rojo. En un lugar llamado Marah, donde las aguas amargas se volvieron dulces, Dios declaró

Esta declaración no era una seguridad momentánea, sino una promesa de pacto que reverbera a través de las Escrituras y del tiempo. El momento es significativo. Los israelitas habían salido físicamente de Egipto durante Nisán, pero su viaje de curación -tanto física como espiritual- se desarrolló durante Iyar.

Considera la condición de los israelitas después de salir de Egipto. Durante generaciones, habían sido golpeados, no sólo en el cuerpo, sino también en el espíritu. La esclavitud no sólo agota el marco físico; penetra en el alma, distorsionando la identidad y aplastando la esperanza. El Éxodo no consistió simplemente en una reubicación geográfica, sino que requirió una profunda curación de las heridas que corrían bajo la superficie.

Durante Iyar, Dios inició este proceso de restauración. Los israelitas recibieron maná por primera vez en este mes: un sustento divino que satisfacía sus necesidades físicas inmediatas, al tiempo que les enseñaba a depender de la provisión diaria de Dios. Su relación con el tiempo mismo se transformó, pues contaron los días hacia el Sinaí en lo que ahora observamos como la Sefirat HaOmer -la cuenta del Omer-.

El carácter sanador de Iyar demuestra que la redención se produce tanto en momentos dramáticos como a través de la restauración continua. El Dios lo bastante poderoso como para dividir el mar también se ocupa de las heridas ocultas de los individuos.

El rey David lo plasmó en sus salmos cuando escribió: «Alaba al Señor, alma mía, y no olvides todos sus beneficios, que perdona todos tus pecados y cura todas tus enfermedades» (Salmo 103:2-3). David reconoció que la curación divina actúa en todas las dimensiones de la vida: moral, espiritual, emocional y física.

Esta verdad habla directamente de nuestra condición actual. Vivimos en un mundo profundamente necesitado de curación. Las naciones están divididas, las familias fracturadas, los cuerpos afligidos y los espíritus heridos. Las siglas de Iyar nos devuelven a una verdad fundacional: la curación no llega principalmente a través de sistemas o innovaciones humanas, sino mediante la reconexión con Dios. El Dios que ha sostenido al pueblo judío durante siglos de exilio y retorno sigue obrando la restauración en nuestro mundo actual.

Al entrar en Iyar, sus siglas nos recuerdan una promesa perdurable. El mismo Dios que declaró «Yo soy el Señor, tu sanador» en el desierto está dispuesto a traer la restauración hoy. En un mundo obsesionado con las soluciones rápidas, Iyar nos remite a esta verdad: la verdadera curación fluye de la conexión divina. Esto no es historia antigua: es una realidad viva para quienes reconocen al Sanador que actúa en nuestro mundo.


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Sara Lamm

Sara Lamm is a content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. Originally from Virginia, she moved to Israel with her husband and children in 2021. Sara has a Masters Degree in Education from Bankstreet college and taught preschool for almost a decade before making Aliyah to Israel. Sara is passionate about connecting Bible study with “real life’ and is currently working on a children’s Bible series.

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